El término “invierno demográfico” se ha empleado para describir una preocupante tendencia de disminución extrema en la población mundial. Este fenómeno surge como resultado de la transición demográfica, que es el cambio de altas tasas de natalidad y mortalidad a tasas más bajas.

 

A medida que la tasa de natalidad disminuye, las poblaciones envejecen y disminuyen, lo que plantea serios desafíos. El invierno demográfico es un desafío global que afecta a numerosos países y tiene consecuencias significativas en áreas como la economía, el cuidado de la salud y la seguridad social.

 

Cuando la población envejece, se enfrentan a la escasez de mano de obra, lo que puede obstaculizar el crecimiento económico. Además, la carga económica de cuidar a una población envejecida aumenta considerablemente, lo que puede afectar la viabilidad a largo plazo de los sistemas de seguridad social.

 

Nuestro país no es inmune a esta tendencia. Según el Censo de Población y Vivienda 2020, México experimenta una disminución en su tasa de fecundidad. Por primera vez, la Tasa Global de Fecundidad (TGF) es de 1.9 hijos por mujer, por debajo del nivel necesario para el reemplazo generacional, que se considera en promedio de 2.1 hijos por mujer. Esto significa que la población mexicana está envejeciendo y disminuyendo, lo que plantea desafíos a mediano y largo plazo (https://bit.ly/46UtKo8).

 

Un caso emblemático del invierno demográfico, sus consecuencias y desafíos es el de Japón, que enfrenta una de las situaciones demográficas más extremas del mundo. En 2021, Japón registró un mínimo histórico en su tasa de natalidad, con solo 811,000 nacimientos, la más baja desde 1899. La tasa de nacimientos por mujer en Japón se sitúa muy por debajo del 2.1 considerado necesario para mantener una población estable. La tasa de natalidad actual en Japón es de apenas 1.26, y con una tasa de envejecimiento de la población que se ha disparado al 29.0%, esto indica un cambio demográfico sin precedentes (https://bit.ly/46UtKo8).

 

El invierno demográfico es un desafío global que requiere una respuesta integral. Aquí hay algunas conclusiones y recomendaciones básicas:

 

  1. Fomentar el nacimiento de hijos: Se deben implementar políticas que reduzcan la carga de cuidado de los hijos para las familias y proporcionar incentivos financieros, como salarios para cuidadores familiares, para crear un entorno propicio para la crianza de los hijos.
  2. Promover la igualdad de género: La incorporación de más mujeres a la fuerza laboral, políticas de licencia por maternidad y flexibilidad laboral son esenciales. También se debe abordar la dependencia social de la familia para el cuidado de los adultos mayores.
  3. Apoyar a las familias: La implementación de políticas como las observadas en Francia, que ofrecen beneficios fiscales y reducciones de costos para las familias con tres o más hijos, puede ser eficaz para fomentar un aumento en la tasa de natalidad.
  4. Inmigración selectiva: Algunos países han optado por facilitar la inmigración como una forma de abordar el envejecimiento de la población. Sin embargo, la política de inmigración debe abordarse cuidadosamente para mantener la cohesión social.
  5. Educación continua: La educación de por vida es fundamental para permitir a las personas trabajar hasta edades avanzadas y adaptarse a los cambios tecnológicos.
  6. Planificación temprana: Los países deben prepararse para el envejecimiento de la población, tomando medidas que incluyan la extensión de la base contributiva de los sistemas de seguridad social y la inversión en la mejora de la salud a lo largo de la vida.

 

El invierno demográfico es un desafío complejo, pero con la planificación adecuada y las políticas apropiadas, los países pueden abordar este problema y mejorar las oportunidades para sus ciudadanos. A medida que el mundo enfrenta el envejecimiento demográfico, es crucial tomar medidas proactivas para garantizar un futuro sostenible y próspero.