El año que comienza se convertirá en el tercer año de una nueva historia de la humanidad. Lo que creíamos que era pasajero, la pandemia del covid-19, se convirtió en algo, al parecer, permanente. Ya es impráctico identificar lo que está pasando con el número de olas (en México estamos en la tercera y en Europa en la quinta), ni con el número de dosis de la vacuna contra el virus (en México vamos por la tercera dosis y en Israel están iniciando con la cuarta).

No solo los paradigmas políticos cambiaron en estos últimos años, con el virus y sus consecuencias globales, también está cambiando el día a día, nuestra historia cotidiana. En este cambio ha jugado un papel protagónico la tecnología. Gracias a ella hemos podido continuar, evitar la parálisis. No me imagino enfrentar el covid-19 sin ella, sin Internet.

La necesidad de seguir operando nos obligó a un proceso acelerado de mayor adopción tecnológica. Nos dimos cuenta que la tecnología sí funciona y ello nos está animando a una mayor adopción. Tal vez es lo más positivo de este terrible trance de la pandemia.

Aquí algunas de las rutas que creo que seguirán a este proceso:

  • Trabajo. Este año más de la mitad de quienes trabajamos lo haremos bajo un modelo híbrido, donde al menos un día trabajaremos desde casa. Nuestros hogares tendrán que ser adaptados para incorporar un espacio para el trabajo y para el estudio. Además, tendremos que reforzar nuestra conexión a Internet y adquirir más equipo de cómputo.

En contraparte, las oficinas de trabajo se reducirán en número y espacio, impactando no solo a la industria inmobiliaria especializada, sino también a la venta de vehículos y al tiempo de traslados en transporte público. Los viajes de trabajo se reducirán al mínimo indispensable, lo cual resultará negativo para los hoteles y restaurantes relacionados. Nuestras reuniones de trabajo serán en plataformas virtuales más amigables y agradables, probablemente con avatares que nos representen y herramientas más colaborativas.

  • Educación. La gran hazaña de mantener la enseñanza a través de diferentes modelos de educación a distancia, seguramente, modificará los paradigmas que se tenían antes de la pandemia. Las diferentes plataformas de comunicación remota, las comerciales y las propias, han demostrado que sí es factible su utilización, pero también que requiere avanzarse en su adopción y mejor adaptación a diferentes entornos, principalmente en el caso de la educación pública y en los casos de países de incipiente uso, como el nuestro.

Al igual que el trabajo, lo más probable es que caminemos a un modelo híbrido, modesto en los casos públicos, pero abrirán ventanas de oportunidad hacia el futuro.

  • Salud. La salud estará a disposición con aplicaciones especializadas por nivel de atención, desde las preventivas hasta las especializadas para darle seguimiento a las enfermedades complejas con la transmisión en tiempo real de los signos vitales y el seguimiento puntual e inteligente a los tratamientos. Tendremos opciones de consultas médicas virtuales, desde simples conexiones por Whatsapp y Facetime, hasta opciones más complejas con el apoyo de sensores que trasmitirán información de nuestros cuerpos vía remota.

También tendremos la opción de ir a ejercitarnos a un lugar especializado o contar con un programa de asistencia o de un instructor virtual robotizado o humano a distancia. Serán opciones que pueden ser más integrales al añadir asesoría en alimentación y salud.

  • Automatización del hogar. Con los avances del Internet de las Cosas y la llegada de integradores, como los asistentes virtuales manejados a través de voz, estaremos automatizando nuestros hogares. Vamos a avanzar en acoplar, en un solo sistema, la administración y uso de los recursos caseros como la iluminación, los electrodomésticos, la vigilancia y seguridad y la provisión de servicios y alimentos. Con ello haremos más fácil y sencillo la operación de nuestras casas y obtendremos información para mejorarla y ahorrar.
  • Comercio electrónico. Un cambio imparable es la compra de productos y servicios a través de las plataformas de comercio electrónico. Cada vez será más fácil, rápido, cómodo y barato adquirir nuestros alimentos, ropa, servicios y demás necesidades por la vía electrónica. Este año se vendrán mejoras importantes en los sistemas de logística para mejorar las entregas en casa y sistemas de pago relacionados con la entrada más agresiva al mercado de las denominadas Fintech, que ofrecerán servicios financieros más flexibles, personalizados y baratos.

Este año seguiremos en un proceso de uso intensivo y acelerado de la tecnología para enfrentar los retos cotidianos de seguir en movimiento pese a la pandemia. Tendremos que saber adaptarnos y adoptar la tecnología. Debemos de estar abiertos y dispuestos para entender que la tecnología ya se convirtió en un recurso esencial.