La pandemia del covid-19 obligó al mundo entero a adaptarse a las nuevas condiciones de aislamiento social. Millones de empleados pasaron de asistir a sus lugares de trabajo a laborar desde sus casas de manera remota, estudiantes de todos los niveles dejaron de asistir a las aulas para tomar clases a distancia, compradores de todo tipo adquirieron sus alimentos, ropa y distintas necesidades a través de las plataformas de comercio electrónico, entre muchos casos donde la tecnología se convirtió en el gran habilitador.

Sin embargo, uno de los sectores que mostraron poco reacción a las nuevas condiciones que exigían la pandemia fue el gobierno. En la mayoría de los casos, como sucedió en nuestro país, el sector público simplemente cerró sus operaciones hasta tener condiciones de seguridad para reabrir. Son escasos los casos donde se aprovechó la situación para continuar con la operación usando la creatividad y la tecnología.

Por ello destaca lo sucedido en el sistema de justicia de Estados Unidos, que sin contar en casi todos los casos con precedentes del uso de procedimientos judiciales remotos, desde marzo de 2020 implementaron las audiencia en línea con tasas históricas para resolver juicios (https://cutt.ly/NYPGAxI).

Para evitar que parará el sistema de justicia en Estados Unidos, se implementaron las audiencia remotas con resultados sobresalientes. Es el caso del sistema judicial de Texas que no tenía precedentes en el uso de audiencia remotas, y que de marzo de 2020 a febrero de 2021 celebraron 1.1 millones de procedimientos remotos.

Los tribunales en Estados Unidos no solo usaron la tecnología para continuar sus operaciones, también con ello impulsaron las tasas de participación de sus usuarios. Existía un gran problema al respecto. “De 2010 a 2019, más de 70% de los encuestados en demandas de cobro de deudas en múltiples jurisdicciones no comparecieron ante el tribunal ni respondieron a las citaciones”.

Las razones de este incremento de asistencia a las audiencias se debió a la “reducción de los costos de acudir a los tribunales, como el transporte, el cuidado de los niños, la pérdida de salarios y el tiempo de viaje”.

Por su parte, los “abogados han informado sobre una variedad de beneficios asociados con el cambio a los procesos en línea: la mayoría de los jueces, fiscales y abogados defensores dijeron que los procedimientos remotos ahorraron tiempo y mejoraron la eficiencia; no tienen que viajar y esperar en la corte. Esto les permitió atender a más clientes que antes de la pandemia”.

De acuerdo a los expertos, este cambió se pudo implementar a partir de tres pasos clave:

  • “Combinar herramientas tecnológicas con mejoras de procesos para facilitar la mejora la resolución de problemas legales.
  • Antes de adoptar nuevas herramientas, probar e incorporar los comentarios de los usuarios.
  • Recopilar y analizar los datos para ayudar a orientar las decisiones sobre el uso y el rendimiento de las herramientas tecnológicas.”

En México sí están permitidas y se han utilizado el mecanismo de audiencia remotas dentro de los procesos judiciales, solo que no ha sido una apuesta agresiva institucional, sino más bien utilizada de manera marginal ha solicitud de alguna de las partes. Aunque se reconocen sus beneficios, hay dudas todavía, como si cumple el principio de publicidad o sobre el control de las pruebas, o las limitaciones de acceso estable y suficiente a Internet de parte de todos los participantes en los procesos (https://www.sitios.scjn.gob.mx/cec/blog-cec/juicios-por-zoom-y-covid-19).

Las crisis son oportunidades. Ante la pandemia del covid-19 la mayoría de las organizaciones, empresas y personas aprovecharon la tecnología para continuar operando.

Los gobiernos fueron los menos activos en ello, con excepciones como el caso de las instituciones de justicia de Estados Unidos. Creo que se perdió una buena oportunidad para modernizar y eficientizar algunas instituciones y procesos públicos.

En México hay muy pocas historias de éxito. Lo lamentable es que seguimos perdiendo oportunidades para ser más competitivos en todos los aspectos, y alejándonos más de las oportunidades que la tecnología, la innovación y la creatividad humana pueden ofrecernos.