La pandemia nos obligó a restringir las actividades productivas y sociales, así como nuestra movilidad. Ello nos llevó a buscar cómo adaptarnos para enfrentarla, y una respuesta en la esfera productiva fue la transición hacia el trabajo a distancia desde casa. Aunque las cifras varían, dependiendo de cada país y sus circunstancias, algunos expertos calculan que 6 de cada 10 empleados pasaron a una opción de trabajo virtual en el último año.
El trabajo a distancia fue una respuesta a la pandemia, pero con el tiempo se han encontrado diferentes beneficios que anticipan que no será solo una opción temporal, sino que puede continuar con algunas adaptaciones que minimicen sus limitaciones y aprovechen sus beneficios. Lo que es una realidad es que el teletrabajo crecerá como opción en las empresas e impactará a diversos sectores de la economía.
La mayoría coincide que lo que se practicará después de la crisis sanitaria será un modelo híbrido entre el viejo modelo presencial y el modelo a distancia. Estos cambios tendrán serias repercusiones en los modelos de trabajo, de colaboración, de medición del desempeño, pero también en los sectores asociados. Es el caso de las industrias inmobiliaria, de turismo y restaurantes, y del transporte, entre otros.
Hay varios datos de esta nueva realidad que vale la pena empezar a digerir: según Mckinsey, uno de cada cinco empleados va a seguir después de la pandemia trabajando desde casa entre tres y cinco días a la semana, y asistiendo ocasionalmente a las oficinas de sus empresas. Este cambio impactará a cuatro veces más empleados que antes del coronavirus. Boston Consulting Group asegura que el trabajo remoto pasará en los países desarrollados de ser 17% de prepandemia a 35% en postpandemia.
Así, han aparecido nuevas palabras para denominar este nuevo esquema de trabajo: workation (trabajo remoto y vacaciones) y room-office (trabajo en hoteles) (https://bit.ly/3xtEcli).
¿Cómo impactarán estos cambios a los sectores relacionados? En el caso del sector inmobiliario se habla de un impacto importante ante el abandono de los grandes edificios de los corporativos por espacios más modestos, flexibles y grupales. Se prevé que dos de cada tres corporativos está pensando rediseñar sus espacios de oficina, buscando reducir los corporativos en al menos 30%. En los nuevos espacios de trabajo se privilegiarán los sitios colaborativos y las salas de videoconferencias. Se calcula que el impacto en la industria inmobiliaria podría llegar a 25% del tamaño de la industria.
La industria alimentaria también recibirá el impacto del crecimiento del trabajo a distancia, pues se reducirá el gasto en los restaurantes dedicados a atender a los empleados y en las reducciones de los espacios y servicios de los comedores institucionales de las empresas. Las ventas de los restaurantes asociados cayeron en promedio 50% en 2020, y los servicios relacionados para los comedores institucionales en 70%.
Por su parte, el sector de viajes de negocios será uno de los mayores perdedores en este cambio. McKinsey pronostica una reducción de al menos 20% en este tipo de viajes, afectando con ello a hoteles especializados, aerolíneas y restaurantes.
Incluso el tráfico en las ciudades ya se ha visto impactado por las medidas restrictivas y las nuevas modalidades de trabajo a distancia, pues hay cálculos que hablan de una reducción de entre 30% y 40%, repercutiendo en menos consumo de combustibles, menos uso de los vehículos y sus renovaciones.
Los grandes ganadores al parecer serán los espacios de coworking, centros de negocios y hoteles reconvertidos en espacio de trabajo. Se calcula que la demanda de este tipo de espacios se disparará en 300% tan solo en el primer trimestre de este año.
Por lo visto lo nuevos escenarios pasarán de ser grandes oficinas en los lugares céntricos de las ciudades a salas de conferencias de las plataformas de Zoom, Teams, Meet o Webex, y los espacios de oficina adaptados en nuestras casas. Bienvenidos a la nueva normalidad laboral.