Esta celebración es una oportunidad para hacer un alto con objeto de evaluar la práctica efectiva de este ejercicio en México y el mundo y, sobre todo, señalar los peligros actuales para el ejercicio imparcial y profesional de la labor periodística.

Con motivo de este día, Reporteros sin Fronteras (RSF), una organización no gubernamental internacional de origen francés, cuyo objetivo es defender la libertad de prensa en el mundo y, en concreto, a los periodistas perseguidos por su actividad profesional, ha señalado a 39 “depredadores” de la libertad de prensa.

La lista incorpora una serie de regímenes autoritarios como los de Irán, Arabia Saudita, Pakistán, Siria, Cuba y Corea del Norte (me llama la atención que no esté en la lista Venezuela), algunas naciones africanas, así como a grupos fundamentalistas en el Medio Oriente y organizaciones criminales en Colombia, Honduras, la “Camorra” italiana y (no debe llamarnos la atención) los Zetas de México.

La situación para nuestro país es preocupante, ya que según RSF desde el año 2000 tenemos 86 periodistas asesinados y 17 desaparecidos, lo que hace de México “uno de los países más peligrosos” para quienes se dedican a este oficio.

Esto señala la obligación tanto del gobierno federal como de las autoridades locales de proteger, asegurar y preservar, con todos los recursos a su alcance, el libre ejercicio periodístico de cualquier tipo de coacción, sobre todo de las organizaciones criminales que hoy han obligado a muchos medios locales a “autocensurarse” por razones de seguridad. Una prensa libre es factor para una sociedad mejor, actuante, informada y vigilante.

La libertad de prensa de hoy es producto de una larga lucha de muchos mexicanos. Tuvimos un pasado oscuro. Cómo olvidar las amenazas de Gustavo Díaz Ordaz a Julio Scherer, entonces director de Excélsior, el diario más independiente de la época, por la cobertura de la matanza del 2 de octubre de 1968; el golpe instruido en 1976 por el entonces presidente Luis Echeverría a la directiva de este mismo medio, o la censura a la revista Proceso en 1982 por parte de José López Portillo, molesto por una serie de artículos que denunciaban la vergonzosa corrupción y nepotismo de su administración.

Desde mediados de los años ochenta, México disfruta de una libertad de prensa sin precedentes. Los mexicanos tenemos que valorar el hecho de contar con un mosaico de medios informativos que reflejan y representan toda nuestra compleja pluralidad social y política.

Aprovecho para felicitar a Expreso, especialmente a su Director General, Luis Felipe Romandía Cacho y a todo su equipo, por el extraordinario proyecto que vienen impulsando día con día. Le doy la bienvenida y le deseo éxito a Jesús Ruíz, nuevo Director Ejecutivo.

La libertad de prensa es fundamental en todo sistema democrático. El periodismo plural, independiente y objetivo identifica los problemas que afectan a la sociedad y los coloca en la agenda pública, le da voz a quienes no la tienen, genera equilibrios en el ejercicio del poder porque alienta la participación de la gente en los asuntos que le afectan.

Esto lo ha comprendido muy bien Expreso, dueño de una de las mejores versiones en Internet de los medios a nivel nacional, que habla de inteligencia y sensibilidad para entender los nuevos hábitos de los consumidores de noticias e incorporar la tecnología con un sentido creativo al ámbito del ejercicio informativo.

Expreso ha sido mi casa estos años, me ha permitido expresar y proponer, con absoluta apertura, ideas y propuestas para mejorar el desarrollo de Sonora y el bienestar de nuestra gente. Estoy orgulloso de pertenecer a su equipo de colaboradores.

Los invito a visitar mi página www.marcopaz.mx, a dialogar en Twitter @marcopazpellat y en el correo alfil3000@gmail.com.