Existe una creciente insatisfacción por los resultados de los cuerpos de seguridad en el mundo. La mayoría de los países siguen intentando tener corporaciones civiles que sean efectivas, respetuosas de la ley y de los derechos humanos. En nuestro país es un clamor, frente a la ausencia de estrategias claras y la toma de decisiones alejadas de las evidencias y más cercanas a la política.

Para atender esta insatisfacción, se han intentado diferentes modelos y experimentos. Uno de ellos es la llamada “policía positiva”. Este modelo de policía busca estimular las buenas conductas ciudadanas de respeto a la ley y solidarias a través de las “infracciones positivas”, que son boletas que reconocen una acto positivo del ciudadano y les dan puntos canjeables contra las infracciones normales, donde hay castigos, son reconocimientos públicos por el buen proceder.

¿Dónde se han practicado estos modelos? Por ejemplo, en la ciudad de Richmond, Canadá, donde decidieron emitir “multas positivas”, es decir “agarrar un niño o adolescente cometiendo algún acto positivo y recompensarlo en el instante con cartón de felicitación. Acciones de poca consecuencia, como usar el cruce peatonal o el casco para la bici, producían grandes elogios del policía presente (https://blogs.iadb.org/seguridad-ciudadana/es/3220/).

Otro caso es el de Ontario, Canadá, donde se implementó en 2010, dentro de la Estrategia para la Juventud de la Policía Provincial de Ontario (OPP), el Programa de Boletos Positivos. “A través de una estrategia de comunicación eficaz, el programa involucra estratégicamente a las tiendas de conveniencia Mac’s de Ontario y a los medios de comunicación a través de dos iniciativas comunitarias de prevención del delito:

  • “Operation Freeze: una iniciativa comunitaria de prevención del delito diseñada para actividades de verano y otoño, que proporciona bebidas heladas para el comportamiento positivo de los jóvenes”.
  • “Operation Heat: una iniciativa comunitaria de prevención del delito diseñada para actividades de invierno y primavera, que proporciona bebidas de chocolate caliente para el comportamiento positivo de los jóvenes” (https://www.publicsafety.gc.ca/cnt/cntrng-crm/plcng/cnmcs-plcng/ndx/dtls-en.aspx?n=146).

¿Qué resultados obtuvieron? “La gente se dio cuenta del potencial que tenían para fomentar un comportamiento positivo en los jóvenes. No se trata de cuántos boletos se canjean. El acceso es la puerta de entrada a la relación. Lo que es más importante es que la multa sea un evento positivo, y cuando el joven vea al oficial la próxima vez, comenzará con una nota positiva” (https://www.theguardian.com/commentisfree/2013/feb/20/positive-tickets-police-alternative).

En Richmond se entregaban “40,000 multas positivas al año (una proporción de 3 a 1 en comparación con las infracciones normales). Como resultado de varias iniciativas de prevención juvenil, incluidas las multas positivas, nuestras llamadas de servicio relacionadas con la juventud se redujeron en casi 50%, lo que permitió que más de 1,000 jóvenes no tuvieran problemas con la ley (https://www.theguardian.com/commentisfree/2013/feb/20/positive-tickets-police-alternative).

Además, aseguran que la “reincidencia juvenil se redujo de 60% a 8%. En general, el crimen se redujo en 40%. La delincuencia juvenil se redujo a la mitad. Y costó una décima parte del sistema judicial tradicional (https://hbr.org/2012/06/can-we-reverse-the-stanford-pr).

El modelo de policía positiva se ha implementado en otros lugares:

·      Bernardino, California: El Departamento de Policía Escolar desarrolló un programa de multas positivas logrando que la reincidencia juvenil se redujera de 60% a 8% La delincuencia general se redujo 40 %. El costo fue una décima parte del sistema judicial tradicional (https://www.sbcusd.com/district_offices/district_police/services/positive_ticket_program)

  • Tasmania, Australia: El Departamento de Policía “ve un comportamiento positivo, como conducir con casco, honestidad, denunciar un delito o conducir dentro del límite, puede emitir una ‘multa positiva’; un cupón de $10 que se puede gastar en tiendas y cafés locales o en el comedor de su escuela”. Aseguran “queremos generar confianza y respeto entre los jóvenes y la policía, particularmente en áreas desfavorecidas, mientras reforzamos el comportamiento positivo que queremos alentar” (https://www.police.tas.gov.au/news-events/media-releases/positive-ticketing-program-builds-relationships/).

Ante los escasos resultados y la ausencia de estrategias basadas en evidencia, y la urgencia de detener el crimen y la violencia que pone en entredicho el estado de derecho, fomenta la corrupción y deteriora la confianza en las instituciones, llegó el momento de buscar nuevas soluciones. ¿Se animarían las autoridades mexicanas de algunos de los tres niveles de gobierno?