Los grandes avances en la tecnología y su aplicación han traído consigo importantes transformaciones en la vida personal, social y pública. Todo ha sido tocado por Internet y la tecnología. Este fenómeno que inició en los años 90, se ha magnificado en los últimos años, y más ahora con las consecuencias de la pandemia del covid-19 que nos ha obligado a utilizar de manera más intensiva la tecnología para poder mantener la operación de la vida diaria y productiva.
Si consideramos esta realidad, y el hecho de que la vida pública actual y en el futuro será preferentemente en los centros humanos conocidos como ciudades, todo apunta a que la agenda próxima en materia de tecnología y transformación será el uso y aplicación de las nuevas tecnologías para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en las ciudades.
El futuro de las ciudades tendrá como escenario las urbes medias y grandes del mundo de más de 300 mil habitantes. Hoy, más de 3,700 millones de personas viven en este tipo de comunidades y se espera que en menos de 50 años la cifra se duplique a 7,500 millones de habitantes. Las 600 ciudades más habitadas del mundo se quedan con más de la mitad de toda riqueza producida en el mundo, y para 2025 esta cantidad será de 60%.
De ahí la necesidad de profundizar en la agenda básica de la tecnología al servicio de la ciudadanía, o tecnología ciudadana, aprovechando los avances de las tecnologías exponenciales (big data, inteligencia artificial, aprendizaje automatizado y profundo) y la implementación de la red 5G que nos permitirá mejorar la transmisión de información.
El reto es avanzar de manera rápida y ordenada en la transformación de nuestras actuales comunidades urbanas en ciudades inteligentes con el “objetivo de proveerlas de infraestructuras que garanticen un desarrollo sostenible, un incremento de la calidad de vida de los ciudadanos y una mayor eficacia de los recursos disponibles. La tecnología ayudará a las ciudades a hacer frente a desafíos como crear un entorno más seguro, más limpio y económicamente sostenible, así como para atraer y retener a ciudadanos y empresas. Estas tecnologías y su aplicación ya están dando los primeros resultados en diferentes servicios públicos” (https://bit.ly/3xmcQfC).
Aquí algunos ejemplos de las vertientes de una agenda de tecnología ciudadana para las ciudades:
- Seguridad. El avance en el uso de sensores inteligentes (cámaras de videovigilancia y sensores) y su integración en sistemas de información nos permitirán enfrentar los grandes retos de la seguridad urbana. Los datos que se pueden recuperar y procesar de manera inteligente y constante nos ayudará a actuar de manera más estratégica en el combate a la delincuencia, su prevención e, incluso, en su predicción. Además, nos permitirá aplicar otras medidas tecnológicas para el combate a la inseguridad, como el uso inteligente de drones para vigilar zonas o persuadir actos de delincuencia o violencia.
- Transporte. Con el uso de información de las necesidades de movilidad de la población y las nuevas tecnologías de autotransporte automatizado, nos llevarán al diseño de soluciones más eficientes en tiempo y gasto, y un uso más productivo de la infraestructura pública. A ello debemos sumar el hecho de que la aparición de nuevos modelos de servicios de transporte, que eliminarán la propiedad privada a cambio de la disposición del servicio de manera constante, flexible y barata.
- Energía. Los nuevos modelos de administración de los sistemas de alumbrado público, basados en el uso de sensores inteligentes y control automatizado, permitirán mayores beneficios a menores costos al ajustar la iluminación a las necesidades de cada zona, tipo de usuario, horario y oportunidades de ahorro, entre otros casos, a través de estrategias de detección oportuna de deficiencias para reducir los costos de mantenimiento.
- Gestión de residuos. El manejo de la basura y los residuos complejos, se ha convertido en un desafío para las ciudades. A través de sensores y sistemas de automatización ahora podremos establecer reglas de negocios para que se mida la cantidad de basura en los contenedores públicos para su vaciado y el diseño de rutas basados en algoritmos inteligentes para optimizar costos y reducir los efectos contaminantes al ecosistema.
Llegó el momento de impulsar la transformación de nuestras ciudades a través del uso de la tecnología ciudadana. De ello dependerá la competitividad de las ciudades, su sostenibilidad y crecimiento. Es urgente retomar estos temas en la agenda pública.