Recientemente la organización internacional denominada Alianza por la Democracia, en conjunto con la empresa de investigación de mercados digitales Latana, dio a conocer el Índice de Percepción de la Democracia 2021 (IPD). Este reporte se elabora año con año y se consultan a más de 53 mil ciudadanos de 53 países, que representan 75% de la población mundial, donde se incluye a México. El objetivo es medir las actitudes hacia la democracia en el mundo (https://bit.ly/3f9roYX).

Entres sus principales resultados globales destacan algunos que dejan en claro que la democracia en el mundo está en problemas. Los encuestados aseguran que las mayores amenazas para la democracia en sus países son la desigualdad económica (64%), los límites a la libertad de expresión (53%), las elecciones injustas o fraudulentas (49%), el poder de las grandes empresas tecnológicas (48%), la influencia de Estados Unidos (44%), la intervención electoral extranjera (42%), la de China (38%) y la de Rusia (28%).

De entrada, las amenazas describen una vulnerabilidad institucional de nuestras democracias y las instituciones diseñadas para su defensa, así como la mezcla de riesgos internos con internacionales, una expresión más de los excesos de la globalización.

Llama la atención un dato alentador del IPD: 78% de los consultados creen que es importante tener democracia en su país. Esto es, inclusive con las claras manifestaciones por la insatisfacción por la democracia, 3 de cada 4 ciudadanos sigue creyendo que es mejor este sistema político.

Sin embargo, 43% creen que sus gobiernos solo sirven a los intereses de una minoría. Esto es un elemento altamente corrosivo para la democracia y la confianza pública en los gobiernos.

Llama la atención frente a la polémica del papel de las redes sociales en nuestras democracias, donde algunos aseguran que las debilitan, que el 62% de los consultados piensa que juegan un papel positivo en la democracia de sus países.

Respecto a la coyuntura del covid-19 y las medidas practicadas por los gobiernos para evitar contagios y muertes, 53% sostienen que sus libertades han sido excesivamente restringidas. Aquí se expresa ya el cansancio social por las restricciones practicadas. No obstante, el 58% está satisfecho por las respuestas de sus gobiernos ante la pandemia.

Si revisamos los resultados del IPD relacionados con México, destacan los relacionados con el saldo neto positivo de 30% a favor de la democracia y el crecimiento por el deseo de más democracia en comparación a 2020 del 4%.

Más del 50% de los mexicanos consideran que las grandes empresas de tecnología amenazan o ponen en riesgo nuestra democracia, pero 58% cree que las redes sociales tienen un impacto positivo en nuestra vida democrática. Llama la atención que el saldo de los mexicanos que creen que debe de haber mayor regulación de las redes sociales es del 37%.

La democracia, aunque goza de aceptación, tiene retos importantes a nivel global y nacional que hay que resolver para su permanencia. Entre ellos sobresale la creciente desigualdad en el mundo y al interior de los países. Es urgente enfrentar este fenómeno que está erosionando la cohesión social y está abriendo las puertas a opciones políticas que a través del populismo y la polarización buscan conquistar el poder, y desde el mismo conservarlo a través de dividir y enfrentar a su población.

Es indudable que el actual sistema, el capitalismo, ya dio de sí y que se requiere de su reforma profunda, atacando la concentración del ingreso, pero consolidando el esfuerzo como mecanismo de promoción económica y social. Esperemos que pronto aparezcan opciones de transformación del sistema capitalista para volverlo más justo, equitativo e incluyente. Veremos.