El próximo domingo 7 de junio de 2015 estarán en juegonueve gubernaturas (Baja California Sur, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora); 500 diputaciones federales; 639 diputaciones locales; 803 presidencias municipales, lo que significa que prácticamente se renovará la tercera parte de los ayuntamientos del país, y 16 jefaturas delegacionales del Distrito Federal.
En Sonora se renovará la gubernatura, los 72 ayuntamientos, 33 diputaciones locales (21 de mayoría relativa y 12 de representación proporcional) y 7 diputaciones federales. Más de 200 nuevos representantes de los ciudadanos.
Dicho proceso se llevará a cabo con nuevo marco jurídico y una nueva autoridad electoral. Será la primera prueba sobre la capacidad del Instituto Nacional Electoral (INE) para realizar unas elecciones limpias y creíbles, lo que implica regular la gran cantidad de propaganda política, y auditar efectivamente la enorme masa de dinero públicoque circula en las campañas. La piedra de toque será hacer efectivo el mandato de la Constitución, que establece que el rebase de tope de gastos de campaña, con más del 5% del monto fijado, será sancionado con la nulidad de la elección.
La mayoría de los expertos coinciden en que estamos ante el riesgo de una muy baja participación, por tres razones concretas. Primero, porque las elecciones intermedias federales tienden a generar mucho menos interés en los electores (lo cual podría equilibrarse en los nueve estados con elecciones de gobernador). En segundo lugar, por el clima de inseguridad y violencia que prevalece en varios estados.
En tercer elemento que opera a favor de la abstención, es el abierto rechazo ciudadano a los partidos políticos, protagonistas de una grave descomposición ética y política; y la alta percepción de corrupción en los distintos niveles de gobierno. Si algo ha provocado incertidumbre entre la población, es el penosoespectáculo de funcionarios de alto nivel sumidos en conflictos de interés, de exgobernadores que han amasado fortunas inexplicables al amparo de sus cargos públicos (José Murat y familia, el caso más reciente), lo que demuestra que los mayores hoyos de opacidad están en los niveles locales de gobierno. Antes, la corrupción se generaba en la cúpula del sistema y de ahí se derramaba hacia la base de la pirámide; el eje de la corrupción está virando hacia los estados y municipios que controlan, prácticamente sin fiscalización, presupuestos cada vez más cuantiosos.
En un contexto como el anterior, lo peor que podríamos hacer los ciudadanos sería retirarnos del espacio público.En un escenario de alta abstención quienes ganan son aquellos partidos que tienen más “voto duro”, es decir clientelas electorales conformadas al amparo de la manipulación, del vergonzoso intercambio de sufragios por bienes públicos.
Los ciudadanos tenemos mucho que hacer. El ejercicio del voto es sólo un momento de nuestra responsabilidad con la democracia. Pero hay que apropiarnos y hacer sentir nuestro peso en todo el proceso electoral. Exijamos que todos los candidatos a cargos de elección popular, de todos los partidos, presenten las tres declaraciones, patrimonial, fiscal y de intereses, propuestas porTransparencia Mexicana y el Instituto Mexicano para la Competitividad. La aprobación o negativa a presentar esta información, nos dirá mucho acerca de los resortes éticos de quienes aspiran a conducir la cosa pública.
Ya tenemos un avance, con el lanzamiento del portal “Legislador Transparente”(www.legisladortransparente.mx) para que senadores y diputados presenten las tres declaraciones mencionadas, pero hay que ejercer mayor presión ciudadana, porque hasta ahora sólo 2 de 128 senadores y 3 de 500 diputados han abierto sus datos.
Y por supuesto, nos toca trabajar para que los debates entre candidatos (obligatorios de acuerdo con el INE)sean más que un espectáculo político y nos permitan valorar la calidad de los aspirantes y la pertinencia de sus plataformas políticas con las demandas más sentidas de la población; y luego, si ganan, darle seguimiento puntual al cumplimiento de los compromisos.
Para los candidatos es momento de compormeterse con propuestas concretas y exigibles, que respondan a las necesidades de construcción de un país moderno, propero y justo. Ojalá que también los medios de comunicación asuman su responsabilidad y nos permitan informarnos de manera veraz y objetiva de lo que suceda en las contiendas.
Es hora de poner manos a la obra para que las próximas elecciones contribuyan a fortalecer nuestra todavíaincipiente democracia.