Contexto
- Las nuevas tecnologías y el potencial que representan en materia de innovación están empujando cambios continuos y acelerados en todas las actividades humanas y sectores de la sociedad contemporánea. Las empresas se tienen que reinventar y transformar continuamente para seguir participando en un mercado más informado, demandante e hipercompetido.
- Sin embargo, hay sectores a los que por su complejidad, intereses y cultura, les cuesta mucho más entender la dinámica de los cambios, como es el caso del sector público, es decir los gobiernos. Esta dificultad de cambiar está abriendo una peligrosa brecha institucional que se profundiza día a día por lo caro e incompetente que lo público está resultando. La insatisfacción está creciendo de manera acelerada.
- Los gobiernos tienen urgentemente que asumir de nueva cuenta su rol de liderazgo social, y entrarle con determinación y enfoques abiertos a las soluciones de viejas y nuevas problemáticas sociales, usando la tecnología y la innovación para crear valor público. El cambio social se está acelerando y los gobiernos tienen que transformarse para responder a una ciudadanía con expectativas cambiantes y nuevos estilos de vida.
Innovación gubernamental, la oportunidad
Hay tendencias tecnológicas que claramente pueden volverse una oportunidad para los gobiernos. Aquí algunos casos relacionados con el crecimiento de las capacidades de cómputo y la inteligencia artificial.
- Inteligencia de gobierno. Con las nuevas capacidades de cómputo, algoritmos de búsqueda de nueva generación y la interrelación de bases de datos actualmente dispersas, se puede crear una nueva capacidad de inteligencia gubernamental para predecir, actuar y resolver problemas públicos. Este sería el caso de la movilidad, la seguridad pública, la salud y la educación. Por ejemplo, en materia de movilidad, se podrían procesar los datos de tráfico y de accidentes para corregir rutas, planear nuevas, ofrecer alternativas en tiempo real, aprovechar capacidades del transporte público y repensar la inversión pública.
- Gestiones públicas inteligentes. Al explotar la información dispersa que los gobiernos tienen de sus ciudadanos, pueden mejorar su nivel de conocimiento para personalizar los servicios que requieren, desde la identificación de las personas hasta la creación de programas públicos personalizados, aprovechando opciones de varios de ellos y colocando al centro las necesidades de cada ciudadano, ya sea por actividad, ciclo de vida o coyuntura. Un ejemplo de ello es la personalización de las gestiones para abrir una empresas de un joven emprendedor, al cual una gestión inteligente podría proveerlo del registro para su alta, y a la vez ofrecerle apoyos en incubación y formación, brindarle datos sobre su mercado, invitarlo a sumarse a ecosistemas ya creados, y participar en los programas de adquisiciones gubernamentales.
- Servicios públicos predictivos. La oportunidad del acceso a la información pública interrelacionada con un evento específico, puede ayudarles a los gobiernos a predecir las necesidades del ciudadano. Un accidente oportunamente detectado por cámaras inteligentes puede ayudar a enviar un alerta a los servicios de emergencia, pero de igual manera a su empresa de seguros, pedir el tipo de sangre al Banco de Sangre, y dictaminar las responsabilidades del accidente en tiempo real. Otro ejemplo sería el nacimiento de un hijo, del que es posible emitir el certificado y acta de nacimiento en el momento, así como apoyarlo para el alta en sus seguros de vida y médicos, pero también generarle información de los cuidados y riesgos de salud personalizados donde las instituciones de salud pueden apoyarlo.
Conclusiones
Pronto veremos sustanciales cambios e innovaciones en el sector gubernamental. Lo impulsarán máquinas y equipos de cómputo capaces de procesar grandes cantidades de información, de resolver problemas antes que se creen y de proporcionar soluciones predictivas y personalizadas. Esto es, más tecnología y menos voluntad humana. Ojalá sea así, porque –la verdad– ya nos urge.