Un mundo más conectado a Internet y a las redes sociales ha generado un consumidor asiduo de noticias. Las ganas de estar informado de lo que sucede al mismo momento de los hechos está cambiando el perfil del consumo de novedades periodísticas en el mundo. Hemos pasado de los hábitos del siglo XX, de acceder a las noticias por medio de los medios tradicionales -radio, la televisión y los periódicos- a los medios digitales y además a hacerlo a través de los celulares.

Otro rasgo importante que ha cambiado es el consumo de noticias sin intermediación. Le damos más crédito al periodismo ciudadano que a las noticias de los medios de comunicación e incluso que a las exhibidas en las redes sociales, acusadas de utilizar algoritmos que encierran a los usuarios en ¨cápsulas¨ creadas a partir de las preferencias comerciales. Ello ha dado lugar a un fenómeno altamente permisivo en las redes sociales: las fake news o noticias falsas.

Es por ello que toma relevancia el reciente Reporte de Noticias Digitales 2017 del Reuters Institute. Uno de los hallazgos más importantes es que la búsqueda de noticias por medio de las redes sociales está llegando a su límite y está siendo reemplazado por las noticias que nos comparten gente cercana usando las plataformas de mensajería como WhatsApp. Estos son los casos de países como Malasia, donde 51% de las personas prefiere enterarse por esta vía, o Brasil (46%) y España (32%).INFO_NOTICIAS-04-01-03

Pero al comparar la confiabilidad de las noticias entre las redes sociales y los medios tradicionales, la sorpresa es que las redes son consideradas menos confiables (24%) que las cadenas de noticias (40%). Ello se explica por el abuso de los algoritmos para distribuir la información por parte de las principales redes sociales, como Facebook y Twitter, que privilegian sus intereses a los de los usuarios y los encierran en un mundo que estos gigantes controlan. Este golpe a la confiabilidad de las redes, se suma al de que el mundo digital se está volviendo más predecible y cerrado, perdiendo la pluralidad y diversidad que lo alentó desde su inicio.

A la par de ello, los celulares se están consolidando como el dispositivo más usado para la comunicación entre los ciberusuarios del mundo. Además de su crecimiento exponencial en su número en el mundo, las notificaciones de noticias crece de manera muy destacada, en promedio 6% el año pasado.

Llama poderosamente la atención los lugares donde las personas consumen las noticias: 46% en la cama, 42% en el transporte público y 32% en el baño.

En Latinoamérica, las redes sociales son muy populares como fuente de noticias. Un dato es revelador: en el mundo el uso promedio de las redes sociales como fuente primaria de noticias es de 54%, en nuestra región este porcentaje crece a 70%, donde destacan Chile con 76%; Argentina, 74% y México, 72%. Está claro el poder que tienen las redes sociales en el mercado de las noticias. Ahí están los riesgos y las oportunidades de madurar y cuidar este espacio.

En México, de acuerdo con el reporte del Reuters Institute, los medios que más usamos para acceder a las noticias son en línea 91% (portales y redes sociales), redes sociales 72%, televisión 65%, impresos 51% y radio 33%. Y en cuanto a los dispositivos utilizados para consumir noticias en el mundo digital, así los números: celular inteligente 70%, computadora 45% y tableta 24%.

El mundo está contaminado por la desconfianza de las fake news o noticias falsas. Ya nadie cree en nadie por la gran manipulación que existe, desde las empresas noticiosas, pasando por las plataformas sociales y ahora los fenómenos de manipulación de diferentes fuentes que vivimos, muchas de ellas anónimas o encubiertas. Todos tenemos un gran reto para rescatar al mundo digital de esta terrible contaminación.

En México todavía no enfrentamos problemas tan severos como otros mercados, pero el tamaño de la confianza en los medios sociales para tener acceso a las noticias augura que pronto los tendremos. Hay que estar precavidos, hay que dudar de las noticias que nos manden vía WhatsApp, y hay que revisar la fuentes de las mismas y verificar en diferentes sitios antes de compartir.