La pandemia aceleró procesos, derrumbó mitos y obstáculos. La necesidad se impuso a las dudas. Y la tecnología demostró de nuevo que puede ser una salida adecuada a viejos y nuevos retos. Pero este terrible momento de restricciones y limitaciones que nos impuso el covid-19, dejó en claro que hay temas ligados a la tecnología que hay que resolver.
Ese es el caso del trabajo a distancia, teletrabajo o home office. La tecnología permitió a muchas empresas, organizaciones, profesionales y personas seguir activos y vinculados. Además, los impactos fueron tan importantes que probablemente hayan modificado la vida laboral para siempre.
Gartner asegura que los trabajadores remotos ya representan 32% del total (en 2019 eran solo 17%), y que 51% estará trabajando al menos en un entorno híbrido (https://gtnr.it/3JrHqvF).
También hay que mencionar que el uso, impacto y beneficio de la tecnología para el trabajo remoto y el teletrabajo, tuvo diferencias.
“Los trabajadores con un mayor nivel de cualificación tenían más probabilidades de teletrabajar durante la pandemia. En Estados Unidos, por ejemplo, las tasas de teletrabajo para personas con maestría o doctorado eran 15 veces más altas que para los empleados menos calificados. En la mayoría de los países para los que hay datos disponibles, las tasas de teletrabajo durante la pandemia fueron mucho más altas para las mujeres que para los hombres, aunque la brecha fue menor en Dinamarca, Suecia y el Reino Unido” (https://bit.ly/3E0Rs4G).
Hoy está claro que la pandemia va a modificar la dinámica laboral. “La presencia ha dejado de ser mayoritaria y el teletrabajo y los modelos híbridos que combinan días de trabajo presencial y días de teletrabajo han extendido su incidencia. Las organizaciones se han dado cuenta de que esta es una herramienta efectiva a la hora de desempeñar un puesto de trabajo” (https://bit.ly/3NYBD31).
Hay quienes afirman que “la pandemia nos ha digitalizado; ante la falta de contacto físico, hemos acudido a la conexión digital. A nivel laboral, todos aquellos mensajes, reuniones, incluso conversaciones de pasillo se han transformado en videollamadas, videoconferencias y correos electrónicos. Esto ha provocado una vertiente negativa, la necesidad de estar conectados constantemente, la dependencia de las tecnologías para lograr ser efectivos a nivel laboral”.
“La ventaja de poder trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento se puede volver una desventaja. Debemos regular los tiempos de alguna forma. Incluso, ante el aumento de los niveles de estrés, los gobiernos han empezado a regular el derecho a la desconexión digital”.
No es fácil el teletrabajo desde casa. Enfrentamos muchos retos, distracciones y limitaciones de diferente tipo. Además, que los modelos organizacionales y de administración del desempeño y del talento necesitan adaptarse.
De ahí que han empezado a darse algunas recomendaciones para que el trabajo sea adecuado, sostenible y saludable. Aquí algunas:
- “El trabajo y la vida personal deben tener horarios. Exactamente igual que cuando acudimos a un puesto físico en una empresa, cuando trabajamos desde casa también tenemos un horario de trabajo. La rutina diaria y los horarios definidos ayudan a mantener a raya el estrés. Hay que prepararse para trabajar como si se fuera a una oficina física.
- Debe haber un lugar diseñado para trabajar. Las exigencias laborales demandan condiciones de trabajo diferentes a las exigencias del hogar. Por ello, se debe diseñar un entorno de trabajo adecuado para el desarrollo del trabajo online.
- Planificación y contacto personal. En el teletrabajo se aumenta considerablemente la autonomía. Eso demanda un esfuerzo más grande en la planificación de tiempos y tareas.
- Huir del sedentarismo. Una de las principales consecuencias del teletrabajo es el sedentarismo. El teletrabajador reduce los desplazamientos y tiene una vida menos activa. Esto se debe compensar con pausas activas, aumento de la práctica deportiva e incluso mejora de la alimentación (estar en casa puede provocar que se descuide la alimentación).
- Identificar las prioridades laborales y personales para organizar mejor el tiempo. Se deben atender las exigencias del puesto de trabajo al teletrabajador y su entorno” (https://bit.ly/3NYBD31).
El teletrabajo es ya parte de nuestra realidad laboral y personal. Pero debemos de ser conscientes y atender sus riesgos y limitaciones. Puede ser una buena o mala noticia, dependiendo cómo aprovechemos este esquema y lo mejor es tener un equilibrio sano y saludable entre lo laboral y lo personal.