Los jóvenes en México enfrentan un panorama complicado para su futuro. Con 31 millones de personas entre 15 y 29 años, que representan el 23.8% de la población total, muchos enfrentan dificultades económicas, sociales y laborales.
El ingreso promedio mensual de un joven en México es de aproximadamente 8,000 pesos ($410 dólares), lo que contrasta fuertemente con países como Estados Unidos, donde es de 2,400 dólares, o Alemania, con 2,100 dólares. Esta diferencia limita la capacidad de los jóvenes mexicanos para ahorrar o mejorar su calidad de vida, ya que apenas pueden cubrir lo básico.
El acceso a la vivienda es uno de los mayores obstáculos. El precio promedio de una vivienda en México es de 1.5 millones de pesos, lo que representa 12 años de ingresos completos para un joven, sin considerar otros gastos. En contraste, en países como Alemania, el gobierno ofrece subsidios y tasas de interés hipotecarias más bajas, lo que facilita la compra de una vivienda. En México, las tasas hipotecarias superan el 10%, lo que complica aún más el acceso a una propiedad.
Aunque existen programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro”, que brinda un apoyo mensual de 6,000 pesos para capacitación laboral, el desempleo juvenil sigue siendo alto. Se estima que 4.9 millones de jóvenes están fuera de la escuela y sin empleo, lo que refleja la precariedad laboral. Este programa busca cerrar la brecha entre los jóvenes y el mercado laboral, pero la realidad es que el desempleo sigue afectando a millones.
El acceso a servicios de salud es otro desafío. Según CONEVAL, el 46.8% de los jóvenes no tiene acceso a atención médica, principalmente por la alta informalidad laboral. A diferencia de México, en países como Canadá o el Reino Unido, los sistemas de salud son universales y brindan atención gratuita o a bajo costo, lo que reduce significativamente el impacto económico en la población joven.
En cuanto a la educación, aunque ha habido avances en el acceso a universidades, los costos de las instituciones privadas son altos, superando los 50,000 pesos por semestre. En Alemania, la educación superior es prácticamente gratuita, y en Francia, los estudiantes pagan una fracción del costo que se cobra en México.
Finalmente, la capacidad de ahorro de los jóvenes es baja. Solo el 36% de los jóvenes mexicanos reporta tener algún tipo de ahorro, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF). En contraste, países como Suecia cuentan con sistemas de pensiones obligatorias desde una edad temprana, lo que facilita la acumulación de ahorros para el retiro.
En resumen, los jóvenes mexicanos enfrentan retos significativos en ingresos, acceso a vivienda, salud, educación y ahorro. Es esencial que se implementen políticas que ofrezcan mejores oportunidades para esta generación, ya que su bienestar es clave para el futuro del país.
Esta debería de ser una prioridad de la Presidenta Claudia Sheinmaum: darle un futuro cierto a los jóvenes. De ello no depende solo perder una generación, sino limitar el futuro del país y cancelar los sueños de millones de jóvenes mexicanos.