Durante los últimos años se ha desatado un debate por los avances de las tecnologías, acusándolos seriamente de atentar, a través de la creación de robots y sistemas de automatización, contra el empleo de los humanos.

Un punto de partida de este debate se puede identificar en el artículo de 2013 de la Universidad de Oxford, que aseguraba que la automatización acabaría con 47% de los empleos de Estados Unidos. Otros estudios siguieron esta línea y llegaron a decir que los empleos que se perderían en el país del norte llegarían a los 30 millones en 2030 a manos de revolución robótica.

Pero parece que no es así del todo. Recientemente acaba de publicarse el Informe final del Grupo de Trabajo sobre Futuro del Trabajo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), que nos da nuevas coordenadas. Concluye que lo que pasará en los próximos años no será una revolución robótica, sino una evolución del trabajo impulsada por la innovación tecnológica que creará más empleos nuevos para los humanos que los que desparecerá a partir de impulsar la productividad (https://bit.ly/2JX4KXJ).

Sin embargo, el Informe advierte que el verdadero peligro contra los empleos en realidad son las instituciones políticas actuales pues son obsoletas y restrictivas. Aseguran “el siglo XXI verá una marea creciente de nuevas tecnologías, algunas de las cuales ahora están surgiendo y otras nos sorprenderán. Si esas tecnologías se implementan en las instituciones laborales de hoy que fueron diseñadas para el siglo pasado, veremos resultados familiares: oportunidades estancadas para la mayoría de los trabajadores acompañada de grandes recompensas para una minoría afortunada”.

El informe nos comparte varias cifras que avalan sus conclusiones:

  • 63% de los trabajos realizados en 2018 no existían en 1940, lo que sugiere que aún cuando la tecnología hace ciertos trabajos sean obsoletos, también crea nuevos. Al mismo tiempo, el porcentaje general de adultos con empleo remunerado ha aumentado durante más de un siglo.
  • La productividad de Estados Unidos ha aumentado 66% desde 1978, y la compensación para los trabajadores se ha incrementado en 10%.

Se menciona en el informe otro estudio del Foro Económico Mundial de 2019, donde se identificó que la automatización interrumpirá 85 millones de empleos en todo el mundo para 2025, pero creará 97 millones de nuevos empleos.

Los autores hacen énfasis en la concentración en pocas manos de las ganancias obtenidas por la productividad que aporta la robotización y automatización. “La gente entiende que la automatización puede hacer al país más rico y a ellos más pobres, pues no se están compartiendo esas ganancias”, asegura el economista David Autor, copresidente del grupo de trabajo, y sugiere que “necesitamos restaurar la sinergia entre el aumento de la productividad y las mejoras en las oportunidades del mercado laboral”.

El informe del MIT propone tres medidas para corregir la concentración de los beneficios de la productividad de la automatización:

  • Una mayor, sólida y sostenida inversión en innovación para la formación de los trabajadores, especialmente en las empresas y en centros de capacitación.
  • El fortalecimiento de la posición de los trabajadores con una nueva generación de las leyes laborales, renovando el seguro de desempleo y estableciendo el salario mínimo con un incremento del actual de al menos 40% e indexándolo contra la inflación.
  • Darle un reenfoque a la innovación hacia resultados socialmente beneficiosos para aumentar los espacios y beneficios de los trabajadores, en lugar de reemplazarlos.

El informe del MIT desmitifica el debate contra el peligro que representa la tecnología contra el empleo humano, pero deja claro que la obsolescencia de las instituciones y esquemas laborales, educativos y de formación son un serio peligro, junto a la concentración de los beneficios de la revolución tecnológica que no hemos podido resolver todavía.

Estos son temas fundamentales para el futuro competitivo de los países. Esperemos que pronto en nuestro país haya espacio en la agenda nacional para poderlos abordarlos. Veremos.