En un mundo cada vez más digital -con un nuevo impulso obligado por la pandemia-, los negocios empiezan a entrar en una nueva etapa de reinvención. Ahora son varios objetivos que se buscan lograr a la vez: continuar la operación, llegar a la mayor cantidad de clientes, ofrecer productos y servicios de manera flexible, ser más competitivos en precios, tener más valor y anticiparse a las necesidades de los clientes. Fácil de decir, complicado de lograr.

Uno de los sectores más dinámicos de los últimos años ha sido el financiero. Se han roto las fronteras y el mundo virtual ha ganado terreno. Hoy, a las nuevas generaciones no les interesa el modelo bancario del siglo pasado donde los servicios se ofrecen en un sitio físico, a través de una persona (ejecutivo) y con divisiones especializadas. Las nuevas generaciones quieren una banca virtual, flexible y adaptable, con una amplia oferta y de la mano de una app en su celular inteligente.

Es por ello que han empezado a ganar espacio en el sector bancario los llamados neobancos. Este nuevo modelo de banca apareció en 2017. Los neobancos se diferencian de la banca tradicional por no tener sucursales físicas, operan bajo un modelo totalmente digital, mediante el uso de apps móviles y sitios en Internet, y usan tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial y el big data.

Existes dos tipos distintos de neobancos: los que son ajenos a la banca tradicional que funcionan con una licencia de dinero electrónico, y los que son parte o una extensión de la banca tradicional.

Uno de los elementos que han permitido la rápida expansión de los neobancos es, sin lugar a dudas, sus bajos costos y su capacidad de expansión con inversiones marginales gracias a la tecnología. Además de sus servicios: ofrecen información actualizada y en tiempo real, atienden de manera electrónica, continua y confiable; y ofrecen servicios inteligentes a partir del conocimiento de sus clientes para adaptarse y anticiparse a sus necesidades.

La base tecnológica de esta nueva banca les permite funcionar a bajo costo a través de automatizar sus operaciones y necesitar pocas personas en su plantilla. El hecho de no tener que hacer filas en un banco y los servicios siempre disponibles y sin comisiones, han capturado al mercado de los millennials.

Las principales ventajas de los neobancos son:

  • Reducción de costos. Los neobancos tienen pocos gastos de operación y mantenimiento al no contar con sucursales.
  • Experiencia de usuario mejorada. Ofrecen una experiencia distinta a sus clientes, como la aprobación instantánea de préstamos, administración de cuentas con un solo clic y servicios personalizados de conserjería de inteligencia artificial.
  • Análisis e información financiera. Pueden darle información detallada al usar inteligencia artificial y predecir las acciones financieras de los clientes y brindar asesoría para el mejor uso de su dinero.
  • Seguimiento del saldo. Dan un seguimiento de saldo en vivo en tiempo real, eliminando preocupaciones por pagos pendientes.

¿Cuál es la diferencia entre las fintech y los neobancos? Las fintech son empresas que utilizan la tecnología para ofrecer servicios y productos financieros. Su objetivo es servir de intermediarias en la realización de distintas operaciones financieras. Un buen ejemplo de este tipo de empresas es PayPal, dedicada a la facilitación de pagos y transferencias a través de Internet. Las fintech no son necesariamente entidades bancarias, son más bien intermediarias entre los bancos y los clientes; los neobancos son entidades bancarias que utilizan de manera intensiva la tecnología.

Los neobancos son una expresión más de la suma de avances tecnológicos con la innovación. Están cambiando el mercado bancario y pronto se esperan nuevos jugadores, cuyos tamaños y reputaciones de crear disrupciones basadas en la innovación presagian cambios sustanciales a favor de los usuarios de la banca. Me refiero a los proyectos de entrar a la neobanca de parte de Facebook, Amazon, Apple y Google. ¡Que empiecen los cambios!