La semana pasada hablé sobre la importancia del Internet en campañas políticas, y me referí al caso de la plataforma Dashboard, creada por el presidente Obama para construir, a través de las redes sociales, una comunidad de simpatizantes, promotores del voto y aportantes de recursos con objeto de buscar su reelección.
Obama ganó. Si bien, Romney venció por cuatro puntos entre los independientes, el Presidente compensó esa derrota con un triunfo apabullante entre jóvenes, mujeres, hispanos (donde obtuvo el 70% de los votos) y afroamericanos.

Obama se mostró, nuevamente como un maestro en el arte de movilizar a sus votantes incondicionales con la ayuda de las redes sociales. La plataforma Dashboard ayudó a enviar mensajes eficaces a las bases y a llevar a las urnas a millones de personas.Una de ellas fue Ariel Dorfman, vecino de Durham, Carolina del Norte, uno de los estados más disputados, quien piensa que Obama representa “con todos sus errores e imperfecciones, la esperanza de un país mejor”.Déjenme citar su voz para que valoren el poder persuasivo que generó Dashboard: “Durante interminables horas el día de la votación, mi mujer Angélica y yo hicimos un modesto trabajo electoral. Nos tocaba recorrer, con un viento polar, unos 40 apartamentos de bajos ingresos, esparcidos a lo largo de varias hectáreas, tratando de asegurar que sus habitantes acudieran ese día a las urnas. Comprobamos quiénes habían votado (la mayoría), dejamos material electoral en las viviendas donde nadie respondía, y conseguimos transporte para una mujer de color que no iba a votar y que finalmente lo hizo por Obama”. Ésta es una muestra de las voluntades cívicas que Obama movilizó a través de las redes sociales. Fueron pequeños esfuerzos como el de Dorfman, tocando “puerta por puerta”, multiplicados por la convocatoria a través del Internet, los que aseguraron en buena parte la victoria de Obama.El Presidente supo además capitalizar políticamente el “Frankenstorm”, el huracán que azotó la costa este de Estados Unidos una semana antes de los comicios, que dejó atrás el debate sobre la débil recuperación económica norteamericana y pasó a centrarse en el rol que el Gobierno debe tener ante una crisis gigantesca, y que le permitió a Obama mostrar su liderazgo. Sin embargo coincido con Dorfman en que “la verdadera tormenta que salvó a Obama fue otra: fue la gente, una tempestad humana, una hojarasca de millones de activistas, lo que permitió la victoria”. Además de lograr la reelección como Presidente de Estados Unidos, Obama tuvo una notoria presencia en las redes sociales.En Twitter tres palabras, “four more years”, su mensaje de la victoria, acompañadas de una foto abrazando a su esposa, Michelle, bastaron para que Obama rompiera un nuevo récord en esa red social; su tuit fue compartido más de 700 mil veces y tuvo más de 3 millones de “likes”. El récord lo tenía el joven cantante Justin Bieber. En Facebook donde también se compartió el mensaje de triunfo con la fotografía de los Obama, hubo 3 millones de “me gusta”, el mayor número para una imagen en la historia de la página, y además fue compartida por los usuarios cerca de 330 mil veces.Obama, de nueva cuenta, se posiciona como un caso paradigmático de la nueva manera de hacer política utilizando las redes sociales.