Recientemente el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), publicó el Índice de Competitividad Urbana 2012, “Propuesta para la gestión profesional de las ciudades”. Este estudio busca identificar y analizar los principales problemas que hoy enfrentan las ciudades más grandes e importantes de México, y proponer soluciones a partir de casos de éxito.
Las ciudades son centros dinámicos de producción e innovación, ahí se concentra el empleo, el conocimiento, la investigación y la tecnología de punta; son puentes de conexión hacia la comunidad global; son el escenario donde se construye y despliega la ciudadanía y la gobernabilidad democrática.
En 2010, el 80% de los mexicanos vivían en una zona urbana, y en la actualidad, cerca de dos terceras partes de la población vive en municipios que forman parte de una zona metropolitana. Por lo tanto, lo que suceda con las ciudades es determinante para el desarrollo económico, político y social del país.
El estudio arroja las siguientes evidencias: Las ciudades competitivas atraen más inversión y son más prósperas, cuentan con una fuerza laboral más productiva, tienen más talento y un mayor nivel educativo que se traduce en mejores salarios, cuentan con una buena cobertura de servicios básicos que garantiza calidad de vida, se caracterizan por un desarrollo urbano compacto y ordenado, y mantienen un control adecuado de la violencia y la inseguridad.
El ranking de las ciudades más competitivas de México lo encabeza Monterrey, seguida de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, San Luis Potosí, Querétaro, Ciudad del Carmen y Saltillo. Hermosillo figura en un lugar privilegiado –el número 13- entre un listado de 77 ciudades del país.
¿Cuáles son las fortalezas, retos y áreas de oportunidad para Hermosillo?
De acuerdo con el estudio de competitividad urbana, la capital de Sonora destaca como la número tres a nivel nacional por la calidad de su mercado laboral que comprende, entre otros indicadores, la productividad del trabajo y el salario promedio mensual. Es también la número tres en el indicador de sociedad incluyente, preparada y sana que integra factores como el grado de escolaridad de su población y la cobertura en educación media superior y superior, la calidad educativa, además de bajos niveles de marginación y altos estándares de salud pública.
No le va mal en el rubro de economía estable (número 22) por el volumen de créditos al sector privado, el tamaño de su sector hipotecario, el crecimiento del PIB y la tasa de desempleo. Es la número 17 en sectores de innovación y sofisticación que abarca el número de empresas instaladas y certificadas con ISO y la proporción de investigadores incorporados al Sistema Nacional de Investigadores, que constituyen la élite del capital humano en México.
Tenemos que voltear la mirada hacia ciudades como Guadalajara, que se ha convertido en los últimos años en sede privilegiada de clusters (concentración geográfica de empresas de un mismo sector) de la industria electrónica que generan poderosos círculos virtuosos de empleo e innovación. Ahí puede estar la ruta para nuestro futuro.
Sin dejar de lado nuestro proyecto de cerrar las brechas de desigualdad regional en Sonora, tenemos que focalizar enormes esfuerzos de política pública en Hermosillo para mejorar la infraestructura, la innovación, el capital humano, el acceso a tecnologías y la eficacia gubernativa con objeto de hacerla una ciudad más competitiva porque constituye nuestro principal polo de desarrollo, todo ello con una visión profundamente social. La competitividad no es un fin, es un medio, es sólo una herramienta y su objetivo central debe ser elevar las oportunidades de vida digna de los ciudadanos, la razón de ser y la motivación central de todo gobierno.