La educación es el factor más importante del desarrollo humano. Condiciona la movilidad social porque es factor de productividad e inclusión laboral, y es un elemento de formación de valores cívicos y ciudadanos. La evidencia científica indica que la educación de calidad permite romper la transmisión intergeneracional de la pobreza e influye en la competitividad económica a nivel territorial, nacional y regional.
Ello viene a colación porque la organización “Mexicanos Primero”, enfocada al diagnóstico y la elaboración de propuestas para elevar la calidad educativa en México, presentó los resultados de su Índice de Desempeño Educativo Incluyente cuyo lema central es “los estados pueden hacer la diferencia” (www.mexicanosprimero.org).
A Sonora le va muy bien en este índice que mide, entre otros aspectos, la capacidad de las autoridades estatales para hacer efectivo el derecho constitucional de los niños y los jóvenes a la educación, los resultados de la prueba Enlace, que evalúa la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, la eficiencia terminal, además de la profesionalización docente y la participación de los padres de familia.
Estamos, estrictamente, ante el indicador más integral que existe hoy en México para valorar lo que sucede en el entorno educativo. Sonora, en educación primaria, es el número uno en el país y es el número dos en secundaria.
¿Cómo hemos logrado esto? Lo explicó muy bien en dicha presentación nuestro secretario de Educación y Cultura estatal, Jorge Luis Ibarra Mendívil.
En primer lugar, una visión incluyente de la administración del gobernador Guillermo Padrés que ha permitido alcanzar altos niveles de cobertura educativa y un grado de eficiencia terminal del 97% en primaria y 91% en secundaria. En Sonora somos congruentes en el sentido de que el derecho a la educación no puede estar condicionado por la situación socioeconómica de cada familia, de su suerte personal o su escolaridad previa. En Sonora, la educación de calidad es un derecho universal de todos los niños y todos los jóvenes bajo una perspectiva de igualdad de oportunidades.
En segundo lugar, un seguimiento muy puntual de la prueba Enlace escuela por escuela de Sonora, para implementar un proceso de mejora continua ahí donde están los mayores retos de calidad trabajando con los maestros, con la estructuras directivas y de supervisión, con asesores técnicos pedagógicos, lo que permitió lograr que muchas escuelas que estaban en un nivel de calidad por debajo del 50% de Bueno y Excelente, lograran cruzar esa línea.
En tercer lugar, logramos alinear los programas educativos estatales y federales hacia los propósitos y objetivos que nos habíamos trazado los sonorenses en materia de cobertura y calidad, un resultado importante en medio de una enorme dispersión de recursos y políticas públicas.
En cuarto lugar, se colocó a la escuela como centro de la política educativa con la rehabilitación de la infraestructura física con recursos estatales de más de 500 aulas que concentran al 45% de los estudiantes de Sonora.
En quinto lugar, el fortalecimiento de la capacitación de los profesores. En Sonora todos los puestos magisteriales se asignan por concurso, nuestros profesores tienen un alto nivel de asistencia, no hemos tenido paro de labores y los maestros cumplen con los programas de estudios, en medio de una intensa participación de los padres de familia.
Estas son las razones que han llevado a Sonora a la vanguardia en materia educativa.
Ahora tenemos que reforzar salidas para ese capital humano de calidad que estamos construyendo a través de nuestro sistema educativo, lo que implica crecer de forma sostenida y generar empleos formales. Solo así cerraremos exitosamente el círculo virtuoso de la educación y el desarrollo en nuestra gran Sonora.