Hemos vivido un par de años complicados por la pandemia de covid-19, y todo apunta a que este recién 2022 será igual o más turbulento, de acuerdo al reciente Informe sobre Riesgos Globales 2022 presentado por Foro Económico Mundial (FEM).
Estos son los tres principales riegos para este año que inicia:
- La pandemia persiste. “En el inicio de 2022, 5.4 millones de muertes por covid-19 habían sido reportadas a nivel mundial, además de 282 millones de casos confirmados. Una proporción significativa de los infectados tiene síntomas duraderos: alrededor de 10% muestra problemas de salud persistentes semanas después de tener la enfermedad. La vacunación contra covid-19 ha progresado constantemente, pero de manera desigual en todo el mundo. 50 países habían vacunado más de 70% de su población, y algunos ahora comienzan a recibir el refuerzo de las inyecciones, mientras que la tasa de vacunación en los 52 países más pobres, hogar de 20% de la población mundial, todavía era solo 6%. La crisis de covid-19 también ha tenido amplios impactos colaterales en la salud, en parte porque otras enfermedades fueron despriorizadas. Ello condujo a 53 millones de casos adicionales de depresión mayor a nivel mundial. La incidencia de enfermedades no transmisibles—que causan 41 millones de muertes cada año, la mayoría en países de bajos y medianos ingresos— también ha empeorado en todo el mundo debido a retrasos en el tratamiento causados por covid-19. La resistencia a los antimicrobianos causó casi 2 millones de muertes en 2020 y este número puede aumentar—particularmente para malaria y tuberculosis— debido al inapropiado uso de antibióticos para tratar el covid-19.
- Riesgos para la recuperación económica. “Tras una contracción de 1% en 2020, se espera que el crecimiento económico mundial alcance 5.9% en 2021 y 4.9% en 2022. Para 2024, la economía mundial se proyecta que crecerá 2.3%, por debajo de lo que habría sido sin la pandemia. Los riesgos para el crecimiento económico son considerables, incluidos los riesgos de un posible resurgimiento de covid-19 como nuevas variantes. La edición anterior identificó “shocks de materias primas”, “inestabilidad de precios” y “crisis de deuda” como críticas preocupaciones a medio plazo. Estos ya son emergentes en cierta medida. En el momento de elaborar este informe, los precios de las materias primas habían aumentado casi 30% desde finales de 2020; podrían seguir siendo volátiles debido a las crecientes tensiones entre Europa y Rusia, China con escasez de energía, cadena de suministro continua con interrupciones y desafíos de transición de desinversión en reservas de combustibles fósiles. La inflación se ha acelerado en muchos países como resultado de interrupciones relacionadas con la pandemia en las cadenas de suministro combinadas con resurgimiento de la demanda del consumidor y mayores precios de los productos. Esto desanimará al consumidor y aumentará los riesgos de las subidas de tipos de interés de los bancos centrales. Las economías avanzadas y en desarrollo por igual, precios más altos y deuda más cara afectaría a los hogares de bajos ingresos, mientras que las pequeñas y medianas empresas que todavía están intentando evitar la quiebra sufriría el debilitamiento del consumo.
- Erosión de la cohesión social. “Es el riesgo que más ha empeorado a nivel mundial desde el inicio de la crisis de covid-19, según la Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS). Se percibe como una amenaza crítica para el mundo vía todos los lapsos: corto, mediano y largo término y es visto como uno de los más potencialmente perjudicial para los próximos 10 años. En 31 de los 124 países encuestados, la “erosión de la cohesión social” fue vista como una de las 10 principales amenazas a corto plazo para sus países. Desigualdad económica, política, tecnológica e intergeneracional fue desafiando a las sociedades, incluso antes de las disparidades de ingresos que aumentaron a través de la pandemia. Una investigación realizada por el Banco Mundial estima que los más ricos, 20% de la población mundial, recuperaron la mitad de sus pérdidas en 2021, mientras que un 20% más pobre habrá perdido un 5% más de sus ingresos para 2030, se proyecta que 51 millones más de personas vivan en condiciones de extrema pobreza en comparación con la pre-pandemia. Las disparidades de ingresos son exacerbadas por un riesgo de recuperación económica desigual, creciente polarización y resentimiento dentro de las sociedades (https://bit.ly/3IcuRTt).”
Seguimos impactados por las consecuencias de la pandemia de covid-19, más los problemas estructurales y de coordinación global pre-pandémicos. Este año será complicado, o “turbulento” como piensan en el FEM. Todo recomienda que hay que ser muy cuidadosos en nuestras decisiones personales e inteligentes en las decisiones como país.