Hace unas semanas escribimos sobre los cambios que nos obligó a poner en práctica la pandemia del covid-19 para evitar detener las actividades y enfrentar los retos del cuidado de la salud y la protección de la economía. Decíamos que algunos de estos cambios llegaron para quedarse. En este sentido hay también retos importantes en materia de educación y salud que seguramente permanecerán.
En educación, considero que vale la pena tener en nuestro mapa de vida algunos de los más importantes:
- Transitaremos a un modelo mixto de clases presenciales y virtuales. La pandemia nos empujó a usar las plataformas virtuales para continuar con los ciclos escolares. En el mundo entero, en pocos días, dejamos el modelo básicamente presencial para caminar a uno virtual, utilizando para ello los recursos disponibles: plataformas virtuales comerciales, entre las que destacan Classroom de Google, Microsoft Teams de Microsoft y Zoom; y la televisión abierta; diferentes dispositivos como el celular inteligente, las tabletas, las computadoras o la televisión inteligente. Aunque el cambio al modelo virtual no fue planeado y en muchos de los casos tiene serias limitaciones, está claro que en el futuro se puede usar un modelo híbrido de clases presenciales y virtuales que puede abrir oportunidades de colaboración con y entre profesores y alumnos, y nuevas oportunidades de aprendizaje, colaboración y comunicación.
- Nuevos modelos de educación, basada en la colaboración a distancia. Otro elemento muy poderoso de cambio que deja la pandemia es la oportunidad de crear nuevos modelos de educación más flexibles, personalizados, abiertos y especializados, tanto para la educación formal como para la capacitación y formación continua. La tecnología nos abre nuevas alternativas donde se necesitan menos edificios y más programas ambiciosos de transferencia de conocimientos, usando los recursos informáticos y la disponibilidad de miles de académicos, investigadores, expertos y especialistas distribuidos por el mundo que las plataformas de aprendizaje pueden unir y aprovechar.
Y también habrá impactos trascedentes en la manera en que se tendrá acceso a la salud:
- Impulso decidido a la telemedicina. El riesgo de contagio nos obligó a cambiar el acceso a la salud. Surgieron las teleconsultas, el uso de sensores para conocer síntomas y dar atención a distancia. Se prevé que ahora se desarrolle de manera importante la industria de los sensores para medir y monitorear la salud a distancia, se ofrezcan nuevos modelos de atención médica virtual y esquemas de alertas, basados en inteligencia artificial. Pasaremos de los consultorios físicos a las aplicaciones personalizadas que integrarán toda la cadena médica, desde la detección de una enfermedad, su atención oportuna, la medicación y provisión de los medicamentos hasta el constante monitoreo.
- La nueva importancia de los datos en la medicina. Si algo aprendimos en esta tragedia fue la importancia de los datos. Ahora la medicina tendrá un giro científico mayor basado en una mejor explotación de los datos para pasar de un modelo preventivo a uno predictivo, que evite la configuración de riesgos a la salud a través de un eficaz seguimiento y explotación de los datos relacionados con la salud del paciente.
- La confirmación de la importancia de la salud mental. Si bien ya estaba clara la importancia del estado mental de las personas, la pandemia ha dejado claro que su atención será el reto de este siglo frente a los diferentes aspectos que afectan a las personas ante un modelo de vida más aislado, tecnológico, estresante y líquido.
La pandemia no solo tendrá grandes impactos en diferentes aspectos de la salud y la economía, lo tendrá en casi todo y además algunos cambios se quedarán, como los que hemos enlistado en educación y salud. Todos estamos retados a entenderlos y adaptarnos. El regreso a la “normalidad” llegará pronto, pero no a lo mismo. Tenemos que entenderlo y prepararnos.