El fenómeno tal vez más importante de la historia del hombre, Internet, que irrumpió a finales de los noventas para transformar profundamente al mundo, a las organizaciones, las empresas y las personas, está en una fase acelerada de cambios que le dará un nuevo perfil: una red menos abierta y colaborativa, con versiones por bloque económico, esto es, una red americana, otra china y una última europea.
En los últimos años se han venido gestando cambios en Internet que han ido desapareciendo su perfil inicial de un espacio globalizado, abierto, descentralizado, independiente y gratuito. Mucho de ello tiene que ver con el poder que demostró y la preocupación por ello que activó en los gobiernos. Hay un dato terrible: 40% de la población vive en países donde la red digital es controlada por sus gobiernos (https://bit.ly/2IKvvOY).
Hay casos muy evidentes del control gubernamental, como el de China, que impide la operación en su territorio de las principales plataformas tecnológicas -Google, Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, WhatsApp, y demás- y en cambio ha creado versiones propias de las mismas que controla a discreción. También es una práctica extendida en países asiáticos y árabes los bloqueos y censura a plataformas y contenidos, sitios y actores digitales.
También Internet ha dejado de ser independiente. Las grandes empresas tecnológicas han adquirido un poder casi monopólico en los mercados digitales, al grado que condicionan quiénes participan en ellos y explotan a discreción y a conveniencia la información de sus usuarios y clientes para la obtención de mayores ganancias. El poder que han acumulado ha sido tan escandaloso, que está obligando a los gobiernos de Estados Unidos, a la Unión Europea, inclusive a China, a considerar ordenarles que vendan parte de sus plataformas para promover la competencia (https://bit.ly/37hi2HK).
La red ha dejado de ser gratuita. Prácticamente todas las plataformas tecnológicas cobran por sus servicios, y en caso de no ser así, utilizan a cambio tu información para crear modelos de negocios que les permiten manipular comportamientos comerciales para la venta de publicidad y de servicios y productos.
Sin embargo, de acuerdo con el artículo que escribe Moisés Naím para El País (https://bit.ly/2IKvvOY), “la tendencia más importante que está transformando Internet es su ruptura en tres bloques. El mundo va camino de tener un Internet chino, otro americano y otro europeo”.
Naím nos describe las características de los tres bloques:
- “El Internet chino es cerrado, censurado, proteccionista y tiene altas barreras a la entrada para empresas de los países que están fuera de sus fronteras digitales. Estas ciberfronteras trascienden las geográficas del país e incluyen aliados como Corea del Norte y otros. Su principal ventaja competitiva son los casi 1,000 millones de usuarios de Internet que hay en China. Su protagonista más influyente es el gobierno central y sus servicios de seguridad nacional, inteligencia y control ciudadano. Su gran vulnerabilidad es tratar de usar barreras del pasado (proteccionismo y censura) para contener la llegada a gran velocidad de innovaciones del siglo XXI.
- El Internet americano, en cambio, es anárquico, innovador, comercial y con altas tendencias monopolistas. Los protagonistas centrales son las empresas tecnológicas. Su capital, talento tecnológico y capacidad de innovar le confieren un dinamismo que no tienen sus rivales. La vulnerabilidad del Internet americano es que el modelo de negocio basado en el trueque de servicios digitales gratuitos a cambio de los datos personales de los usuarios no es sostenible.
- El Internet europeo es más regulado, trata de proteger a los usuarios, enfrenta los monopolios y defiende valores democráticos. La Comisión Europea ha impuesto multimillonarias multas a Google, Apple, Microsoft y otras empresas tecnológicas. En 2018, la Unión Europea adoptó el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que trata la protección de los datos personales como un derecho humano fundamental¨.
Una intensa batalla se está librando entre Estados Unidos y China por el dominio de las tecnologías exponenciales, particularmente en inteligencia artificial y las nuevas versiones de la red: 5G y 6G. Esta guerra tecnológica cada vez se vuelve más intensa y cruda. Al parecer, Internet ha terminado un ciclo histórico y ha iniciado otro nuevo, lleno de incertidumbres, dudas, preocupaciones y poderosos intereses económicos y políticos. Vamos a vivir tiempos de nuevos cambios en la red de redes.