La pandemia del coronavirus ha sorprendido a todos, desde gobiernos que primero la menospreciaron y después declararon la emergencia hasta personas que suponían que un riesgo situado en una lejana ciudad de China no llegaría a representar un peligro para alguien que vive en un pueblo de México, y en tan poco tiempo.
El impacto del COVID-19 es de dimensiones inusitadas, contagiando a millones de personas y sumando más de 150 mil muertes en el mundo. Además, tiene confinados y aislados a casa a la mitad de la población mundial, 3,900 millones de personas. A la economía mundial le costará 3.4%, al pasar de un crecimiento previsto de 2.5% a un decrecimiento de 0.9%.
Pero tal vez el mayor impacto será en la vida de las personas. Seguramente, después de los meses de distanciamiento social y confinamiento en los hogares, nada volverá a ser igual para nadie. Hoy nuestro único vínculo con el mundo es la tecnología, especialmente Internet. Gracias a la red podemos seguir el acontecer del mundo -y de la pandemia-, podemos seguir trabajando, nos podemos divertir y hasta seguir socializando, pero de otra manera.
Pero, ¿qué será efímero y qué cambiará para siempre? Los expertos empiezan a darnos algunas ideas de lo que no volverá a ser igual en nuestras vidas. Aquí algunas:
- Los viajes de negocios. Hasta antes de la pandemia, los viajes de negocios se consideraban como un componente indispensable para lograr resultados. Le dábamos un valor relevante a las reuniones cara a cara con nuestros clientes, socios, proveedores y aliados. Ahora nos hemos visto forzados a cambiar esta práctica y estamos entendiendo que los viajes de negocios pueden ser reemplazados por reuniones virtuales a través de diferentes plataformas tecnológicas, como Skype y Zoom.
- La supremacía de los datos. Antes de la pandemia ya se valoraba la importancia de la ciencia de datos y las tecnologías exponenciales como el big data. Pero ahora han salido a la luz nuevas posibilidades, como la recolección de datos de los medios sociales. Los datos se están convirtiendo en la nueva ventaja competitiva de los negocios y los gobiernos. Hay ejemplos que lo demuestran: la plataforma de inteligencia artificial canadiense BlueDot advirtió antes que la Organización Mundial de la Salud sobre la peligrosa propagación mundial del COVID-19 y su ruta de contagios, e investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard están identificando el patrón de crecimiento de los contagios por medio de la extracción de datos de las conversaciones en las redes sociales.
- Los biosensores dominarán la salud. La necesidad de darle seguimiento a las personas contagiadas, en cuarentena y con las sospechosas de contagio para romper las cadenas de contagio, obligó a varios gobiernos a implementar aplicaciones y biosensores colocados en las personas para tener información en tiempo real. Los biosensores serán en el futuro un elemento aliado fundamental de la salud. Hoy en día existen dispositivos que permiten darle seguimiento puntual de forma remota a los signos vitales de las personas, que pueden diagnosticar hasta 19 afecciones con la asistencia de inteligencia artificial y aprendizaje automático.
- La impresión en 3D será la nueva fábrica de dispositivos médicos. Con el cierre de las fábricas de dispositivos médicos por el coronavirus, se tuvieron que buscar alternativas. La impresión 3D se convirtió en una opción para fabricar protectores faciales, batas para pacientes, mascarillas, máscaras de oxígeno y ventiladores, además de crear piezas para reparar equipos médicos dañados.
Sin lugar a dudas las crisis son también oportunidades. Es muy seguro que muchos cambios que hemos tenido que hacer para adaptarnos frente a la pandemia del COVID-19 seguramente se quedarán una vez que pase la crisis y se profundizarán. Todo parece indicar que la pandemia seguirá impactándonos. Al tiempo.