La tecnología avanza rápidamente y abre nuevas posibilidades que afectan la vida de las personas, pues cada vez son más inteligentes al explotar la información que obtienen de las plataformas sociales, de los dispositivos y de las aplicaciones y herramientas que se ofrecen para ser más productivos y competitivos.
En paralelo, crece la preocupación sobre el uso de la información que recolectan y la invasión de la privacidad de las personas y organizaciones. Los escándalos sobre la explotación de la información recolectada sin autorización para fines comerciales y políticos han puesto en el centro del debate el tema del uso ético de las innovaciones tecnológicas: ¿hasta dónde?, ¿cómo? y ¿con qué alcances?
Sin embargo, este debate poco ha avanzado en lo general y solo se conocen de algunas medidas, restricciones y multas de diferentes gobiernos a casos probados de usos inadecuados de los datos obtenidos sin consentimiento y para fines de lucro.
Hoy en día, hay innovaciones tecnológicas que tienen claramente implicaciones peligrosas para la seguridad, salud, por la generación de conflictos y atentan contra el bienestar de las personas, pero no están siendo reguladas para evitar sus efectos negativos.
Aquí algunos ejemplos:
- Cigarrillos electrónicos. A partir de una efectiva campaña entre jóvenes, donde se les decía que el cigarrillo electrónico o vapeo era mucho menos nocivo que fumar tabaco, convirtió este nuevo dispositivo en una adictiva moda entre este segmento poblacional. Sin embargo, en los últimos meses se han dado un importante número de casos de jóvenes atacados por una extraña enfermedad pulmonar relacionada con el vapeo, que han terminado hasta muertes. Los estudios e investigaciones no terminan de determinar la implicación y las causas de las enfermedades y las muertes, y aunque algunos estados de la Unión Americana los han prohibido, estos siguen en el mercado y hay casos en que son usados para fumar drogas que complican su detección oportuna.
- Impresión de armas en 3D. En diferentes sitios en Internet y YouTube se encuentran testimoniales de cómo fabricar armas a través de las impresoras 3D. En algunas partes del mundo están siendo prohibidos estos usos, pero la realidad es que la información es de libre acceso.
- Reconocimiento facial. Cada día se usa más este sistema para la identificación de las personas a través de la instalación de cámaras de lugares públicos de gran afluencia, y para distintos fines, desde comerciales para identificar preferencias en los anaqueles de los supermercados hasta las colocadas en las calles y aeropuertos para cuestiones de seguridad. La pregunta es: ¿qué se hace con toda la información recopilada sin autorización? Este es un tema donde existe poca regulación y su uso está creciendo de manera exponencial.
- Asistentes de voz. La facilidad de dar instrucciones a los dispositivos de voz que conectan diversos aparatos en nuestras casas u oficinas nos está facilitando la vida. Sin embargo, hay poca claridad de qué hacen los dueños de las plataformas de los asistentes de voz con toda la información que recopilan.
Tal vez la mayor preocupación sobre el uso ético de las innovaciones tecnológicas se centra en el uso y explotación de la inteligencia artificial, capaz de emular, aprender y predecir el pensamiento y actuar del ser humano.
Hay quienes piensan que la inteligencia artificial llegará a dominar y someter al ser humano. ¿Cuáles son los límites de su uso?, ¿quién supervisa estos usos?, ¿cuál es el alcance éticamente correcto?
Hay muchas preguntas y pocas respuestas. La mayoría a destiempo, y generalmente después de que surgen problemas y evidencias de daños a la privacidad y derechos de las personas. La respuesta no es fácil ni sencilla, pero es urgente llegar a un acuerdo para establecer límites, principalmente ante un mundo digital más poderoso e influyente, pero también de mayores capacidades y niveles de manipulación y uso indebido de la información. Urge resolver este debate.