Dani Rodrik es un influyente economista turco, profesor de la Universidad de Harvard. Sus tesis principales son contundentes y causan controversias:
1) El neoliberalismo y sus recomendaciones habituales –siempre más mercado, siempre menos Estado-, son, en realidad, una perversión de la ciencia económica.
2) El neoliberalismo ha producido mayor inseguridad y desigualdad económica, ha llevado a la pérdida de nuestros valores e ideales políticos.
3) Los tecnócratas hacen oídos sordos a los objetivos sociales con tal de perseguir la globalización; se preocupan poco por las comunidades, los valores sociales o los objetivos públicos que no sean la eficiencia y el crecimiento económico.
4) Los tecnócratas promueven el consumo material, la codicia y el egoísmo por encima de otras normas éticas y comportamientos de cooperación social; son excluyentes, se sienten poseedores de conocimiento especializado y tienden a volverse arrogantes.
¿Por qué cito a este economista? Por una razón muy simple: es una poderosa fuente de inspiración de la narrativa y del proyecto económico del gobierno de la Cuarta Transformación, el cual parece seguir al pie de la letra los conceptos y las recetas de Rodrik. Los hechos así parecen confirmarlo.
Se cancela la obra del nuevo aeropuerto a partir de una decisión estrictamente política, no técnica ni financiera, y con base en una encuesta poco creíble, con un enorme costo para los contribuyentes de casi 150 mil millones de pesos. Ello, generó un sentimiento de incertidumbre y desconfianza en los inversionistas nacionales y extranjeros que, lejos de cerrarse, se ha ampliado en las semanas recientes.
El gobierno decide poner de pie a las dos grandes empresas estatales –Pemex y CFE- exclusivamente con recursos públicos y cerrar el paso a la inversión privada. El plan de rescate anunciado para la petrolera mexicana tendrá un enorme costo para el erario público y no ha convencido a los mercados, además de que se considera que la empresa no tiene al frente un equipo directivo que conozca el sector.
La decisión de construir una refinería en Dos Bocas, Tabasco, la cual ha sido considerada como “inviable” técnica y financieramente por el Instituto Mexicano del Petróleo. México seguirá invirtiendo en la producción de combustibles contaminantes cuando el mundo está inmerso de lleno en una transición hacia las energías limpias y renovables. Se apuesta al pasado y no al futuro a partir de una falsa noción de “soberanía energética”.
La decisión de cerrar los ductos para combatir el robo de combustible, generó importantes pérdidas para el sector productivo del país. La efectividad ha sido el ahorro logrado. La pregunta es que si era la única estrategia posible para combatir el robo de combustibles. Falta todavía el ejercicio de la acción de la ley contra los huachicoleros.
En tanto, el Presidente se burla de las calificadoras Fitch, Moody’s y Standard & Poor’s, quienes han bajado la calificación crediticia de Pemex, y las acusa de haber sido cómplices de los anteriores gobiernos al no haber criticado la corrupción. Al Jefe del Ejecutivo lo tienen sin cuidado los recortes a los pronósticos de crecimiento económico elaborados por corredurías, bancos de inversión, organismos internacionales, desprecia incluso las proyecciones del Banco de México y afirma que “les vamos a demostrar que va a crecer la economía”.
El marcado desdén por el conocimiento científico y técnico que es visto como una expresión del neoliberalismo; la decisión de relanzar la presencia del Estado en sectores estratégicos al margen del costo económico que esto pueda generar y de la eficiencia que ello pueda representar; el mensaje a los inversionistas en el sentido de que la política económica se manejará ahora, no en Hacienda o en Banxico, sino en Palacio Nacional; el debilitamiento de los contrapesos y la mejora pendiente del Estado de derecho, no auguran nada bueno para el futuro económico del país.
La liga se sigue tensando, y si los mercados deciden poner un “hasta aquí”, no valdrá de nada la popularidad del Presidente. México puede caer en una crisis que traería pobreza, inestabilidad, una mayor confrontación y echaría por la borda el proyecto de la Cuarta Transformación. Es la economía …