Vivimos en un mundo más inseguro y violento. Así se concluye al revisar los resultados del Índice de Paz Global 2018, que elabora el Instituto para la Economía y la Paz. Además afirma, de manera contundente, que en los últimos cuatro años la situación ha ido en retroceso. Hoy hay más conflictos de baja intensidad en todo el mundo, mayor producción de armas de fuego y más fácil acceso a las mismas, y una gran promoción de la violencia. La corrupción de las instituciones de seguridad tampoco esta ayudando.
México no es la excepción, al contrario, es parte de esta tendencia. Ocupamos la deshonrosa posición 140 de 163 países evaluados. En 2017 tuvimos el año de más muertes violentas desde que se miden en nuestro país y este 2018 seguramente vamos a superar esta cifra. Todo ello pese a los millonarios recursos públicos invertidos en los últimos diez años.
Está claro el fracaso del modelo basado en insumos para enfrentar por la fuerza a la delincuencia. Y, sin embargo, insistimos en él. Hay un cambio de paradigma en el combate a la inseguridad que ha dado mejores resultados: el uso de la tecnología y la inteligencia. Hay casos que deberían de inspirarnos y animarnos a intentar nuevas estrategias y aprovechar la mayor ventaja que tenemos sobre la delincuencia y los violentos: la información.
Un ejemplo más de lo que se puede hacer es el Centro Regional Conjunto de Inteligencia, localizado en California. Este centro formado en 2006 busca ¨blindar¨ de riesgos y amenazas a los condados de Los Ángeles, Orange, Riverside , San Bernardino, San Luis Obispo, Santa Bárbara y Ventura, que ocupan una superficie de 40,000 millas cuadradas y los habitan 18.5 millones de personas. En ese territorio se encuentran recursos estratégicos para los Estados Unidos y se busca protegerlos.
Por su importancia decidieron que la mejor manera era el uso de la tecnología y la inteligencia (https://en.wikipedia.org/wiki/Joint_Regional_Intelligence_Center).
¿Y cómo funciona este Centro? Lo formaron con perfiles multidisciplinarios, principalmente científicos y tecnólogos de áreas ligadas al comportamiento humano, a la tecnología, a las matemáticas, a las políticas públicas y, por supuesto, personas con experiencia en los temas que monitorean. Los primero que hicieron es inventariar todas las bases de datos existentes en diferentes áreas de gobierno, universidades y empresas, y de las distintas corporaciones policiacas, relacionadas con los fenómenos delictivos y terroristas.
Utilizaron como herramientas de trabajo las tecnologías de la información y las comunicaciones, la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo y automático.
Diseñaron las bases de datos que necesitaban para poder analizar de manera inteligente la información y obtener elementos para conocer los comportamientos de los delincuentes y buscar predecir sus futuras actuaciones. Esto es, no solamente se plantearon la necesidad de identificar a quien haya cometido un delito, se propusieron más bien predecir riesgos y posibles actuaciones de grupos terroristas o delincuenciales. La meta era clara: evitar cualquier daño a las instalaciones estratégicas y a la población.
Así incorporaron a los reportes digitalizados de captura información de campo, nuevos campos como nombres, apodos, áreas de actuación, uso de transporte, vínculos con otros grupos y empresas, incluso hasta marcas personales o tatuajes. Con ello, los analistas crearon una base de datos, que al cruzarlos con los de las policías y el Departamento de Justicia, lograron identificar un listados de delincuentes crónicos, que por lo tanto eran potenciales o probables delincuentes reincidentes.
Para mejorar la labor manual y tardada de vinculación de la información, se creó un software especializado. De esta forma crearon boletines que distribuyeron entre los encargados de seguridad de los lugares donde operaban los potenciales delincuentes. Pero también el software, basado en un algoritmo propio, podía predecir riesgos y amenazas para actuar con oportunidad.
Los resultados dejan al descubierto el potencial: En un lapso corto de tiempo ¨70% de los delincuentes crónicos identificados fueron arrestados al menos una vez, los delitos violentos se redujeron en 15% y los homicidios se redujeron en 59% (https://www.wired.com/story/how-peter-thiels-secretive-data-company-pushed-into-policing/).
¿Así o más claro?