Vivimos en un mundo contradictorio e insostenible donde cada vez producimos más bienes, productos y servicios que generan grandes riquezas, pero a la vez somos más desiguales, porque unos pocos se quedan con mucho y muchos viven con muy poco, a veces ni con lo indispensable. Esta situación es ética y moralmente inaceptable. Tenemos que cambiar.
¿Pero cómo cambiar y ser más justos, ayudando a quienes están fuera de los circuitos del trabajo y de la prosperidad? Primero tenemos que reconocer que los problemas de desigualdad e injusticia no son responsabilidad únicamente de los gobiernos, del sistema. También todos nosotros somos corresponsables por acción o por ausencia de ello. Vivimos inmersos en un tremendo egoísmo material donde solo nos interesa acumular más riqueza, sin importar que otros padezcan de lo indispensable, como si ello no importara. Está claro que no puede haber cambios en los gobiernos o en los sistemas, si antes no hay modificaciones en las personas. Tenemos primero que hacer las cosas de otra manera para que cambie lo demás.
Una alternativa es practicar una mayor y efectiva responsabilidad social frente a la desigualdad y la falta de oportunidades. Es aquí donde nos puede ser muy útil la innovación social, que plantea ideas creativas y novedosas de cómo ayudar y conectar a quienes se encuentran al margen del desarrollo, y cómo ser más justos con la sustentabilidad del planeta.
El sitio themonopolitan.com enlista varias ideas innovadoras para impulsar la responsabilidad social, que vale la pena revisar como ejemplos de cómo pasar de la preocupación a la acción común. Revisemos algunas de ellas:
- Proyecto Naphtalina. Este proyecto, que nació en México en 2017, busca aprovechar las prendas de segunda mano. Se trata de reutilizar la ropa usada a través de agregarle valor con el diseño y así incidir en el cambio de hábitos de producción y consumo con ideas amigables en lo social y en lo ambiental.
- Proyecto Orange Sky. Esta iniciativa organiza una flotilla de lavanderías móviles para personas sin hogar. Surgió en 2014 en Australia, y es un servicio gratuito de lavado de ropa para personas marginadas.
- Proyecto The People’s Supermarket. Es un supermercado ético en Londres, Inglaterra, creado en 2010. Esta idea busca incidir en el comercio justo y el respeto a los códigos de la comunidad. No tiene ofertas o anuncios que influyan a los consumidores o que inviten al consumo. Se ofrece información a los clientes y se realizan continuas actividades tendientes a fortalecer a la comunidad. En este establecimiento se privilegia a los productores de las cercanías y a quienes se encuentran en condiciones desfavorecidas.
Otra iniciativa valiosa de innovación social para impulsar la responsabilidad social es:
- Proyecto The Plastic Bank. Esta idea está implementada en Vancouver, Canadá desde 2013 y es una empresa social que paga a personas que recolecten y entreguen botellas, envases o bolsas de plástico tiradas en las calles de las ciudades o en el campo. A cambio de esta basura plástica, el Banco les paga con una moneda social que pueden canjear por comida, ropa o microcréditos. El plástico recogido es entregado a empresas que producen productos con este material para evitar que usen plástico virgen.
Es momento de reconocer que el esfuerzo, las capacidades y los alcances de los gobiernos para atender las desigualdades y las injusticias tienen un límite. Por ello, es importante que la sociedad, los ciudadanos, nos incorporemos a la tarea de encontrar nuevas fórmulas para un mundo más justo e incluyente. La innovación social sumada con el compromiso y liderazgo de ciudadanos responsables socialmente están transformando el mundo. Aquí hemos revisado algunas ideas innovadoras convertidas en proyectos.
Necesitamos adquirir un nuevo compromiso con nuestra comunidad y su futuro, también nuestro, donde dejemos atrás el egoísmo y la lejanía de los problemas de otros, e iniciemos juntos a diseñar -con acciones- el mundo justo y solidario que soñamos. Todos podemos aportar y aprender a ser más justos, incluyentes y solidarios. Es muy complejo que los gobiernos mejoren a las sociedades. Es más probable que buenas sociedades mejoren nuestros gobiernos con sus acciones y resultados. Empecemos ya.