Internet ya se ha convertido en la nueva plataforma del siglo XXI y de la nueva era del conocimiento. Todo sucede en el mundo digital: ahí se tiene acceso al conocimiento, se hacen negocios y se construyen redes de contactos, se accesa al mejor entretenimiento y se puede exhibir lo propio. Todo ya es dominado por la red de redes.
Sin embargo, todavía el acceso a Internet es desigual en el mundo. Solamente 4,021 millones de habitantes lo disfrutan, lo que significa que 3,572 millones, el 47% de toda la población mundial, está fuera de este potencial detonador de su desarrollo. La falta de acceso de este grupo de personas no es solamente un problema relacionado con la brecha digital y la consolidación del mercado más poderoso de la historia de la humanidad; también es un reto de carácter tecnológico y económico.
La pregunta es cómo cerrar la brecha digital de manera más eficiente y barata, y cómo hacer que los nuevos usuarios le agreguen valor a Internet mediante su activación más rápida en este nuevo mundo. De ahí que los gigantes tecnológicos estén experimentando con diversos proyectos de inclusión digital, a través de facilitar el acceso móvil a la red.
Así nace, por ejemplo, el proyecto de Google Station que inicia en la India para ofrecer conectividad gratuita en las estaciones de ferrocarril, uno de los medios de transporte más populares de aquel país. Este proyecto además busca integrar en una sola plataforma a todas las demás opciones de acceso en lugares públicos para facilitar su conexión con una sola autentificación. Este mismo proyecto de Google Station se está iniciando en México para ofrecer conexión gratuita a Internet en aeropuertos y centros comerciales.
Pero, ¿qué busca Google con estas iniciativas, además de su deseo filantrópico de que más personas accedan al mundo digital del conocimiento y de las oportunidades? Quiere entender el futuro de Internet a partir apoyar a los mercados de donde provendrán los próximos mil millones de nuevo usuarios del Internet, como son el caso de México, Brasil, China, India, Indonesia y Nigeria. Quieren entender cómo se comportará el futuro usuario digital que usará su celular como computadora, centro de comunicaciones y de diversión, plataforma de identidad para acceder al comercio electrónico, a servicios financieros y de gobierno.
Los próximos usuarios de Internet ya no usarán una computadora de escritorio, y posiblemente tampoco una portátil. Su mundo tecnológico es un celular inteligente que le resuelve todos sus necesidades. Uno de los primeras conclusiones de estos estudios es que se tendrá que acelerar la provisión de mayores capacidades para los nuevos celulares inteligentes a precios más accesibles. Estamos hablando de una nueva guerra entre los principales fabricantes de móviles en el mundo. La firma Creative Strategies vaticina que en 2020 el promedio del costo de un celular inteligente de prestaciones medias será de $10 dólares.
Una segunda conclusión es que se tendrán que desarrollar nuevas aplicaciones para la interacción con el celular inteligente por medio de la voz y con lenguajes más naturales para acceder a Internet. El ratón y el teclado serán dentro de poco parte de la historia.
Y una tercera conclusión es que para el futuro deberemos pensar en las innovaciones y plataformas digitales en términos de los celulares inteligentes. Hoy en día hay más sitios sitios web para móviles que para computadoras de escritorio, y éstos últimos tienden a desaparecer. Así que los nuevos servicios, productos y plataformas tendrán que ser diseñados para ser explotados en el mundo móvil.
El Internet sigue su camino de cambios acelerados, y ahora está abrevando información de la experiencia de los nuevos usuarios de los mercados en crecimiento, como es el caso de nuestro país. Ello nos ofrece una gran oportunidad para aprovechar una nueva etapa del mundo digital. Es el momento ideal para que en nuestro país apostemos por un proyecto digital, amplio e incluyente, donde la tecnología móvil facilite el acceso a las oportunidades e impulse el talento, el conocimiento, la cohesión social y los negocios.
Vamos a ver que piensan al respecto los candidatos a la Presidencia de México. Ello deberá de ser un elemento clave para saber si sus ojos están puestos en el futuro y las oportunidades que ofrece, o piensan solo en el poder y en administrar los problemas.