Laboratorios de fabricación
Frente a un mundo globalizado, donde no hay barreras que contengan la fuerzas del libre mercado y la hipercompetencia, la innovación se está convirtiendo en la base de la competitividad de los países, empresas, organizaciones y personas.
Crear y desarrollar nuevo valor a través de productos y servicios permite el crecimiento de la economía y derrama beneficios alrededor de quienes participan en la actividad. Por ello, la innovación es una de las claves de una nueva economía donde lo digital es la plataforma de interacción. De ahí que se estén intentando diferentes modelos de fomento de la innovación en el mundo. Uno de ellos, y de muy buenos resultados porque apuesta al talento de las personas comunes, son los denominados FabLab o laboratorios de fabricación personal basado en herramientas digitales. Estamos hablando de una infraestructura básica a disposición de quien la pueda contratar, donde se encuentran equipos, herramientas tecnológicas y metodologías para la creación de prototipos o la prueba de modelos conceptuales. Se trata de franquicias para que los emprendedores individuales cuenten con una plataforma para probar sus ideas y creaciones. Que pasen de las ideas a los hechos.
De acuerdo con Wikipedia, los FabLab aparecieron en el 2000, auspiciados por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), con el apoyo de Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos. La idea era crear un laboratorio donde se pudiera construir casi todo. La propuesta fue tan sugerente que inmediatamente se crearon versiones de esta franquicia de innovación en en 2002 en India, Costa Rica, Noruega y Ghana. ¿Pero de qué equipo y tecnologías disponen los FabLab? Básicamente tienen lo siguiente:
-Una impresora 3D de plástico o partes de yeso.
-Una cortadora láser controlada por computadora para ensamblar estructuras 3D a partir de partes 2D.
-Una fresadora para hacer piezas medianas de muebles y de casas.
-Una cortadora de vinilo para fabricar circuitos flexibles y antenas.
-Una fresadora de precisión para hacer moldes tridimensionales.
-Herramientas de programación para procesores de bajo costo.
Los FabLab utilizan diferentes enfoques, desde temas de ingeniería dura hasta temas de innovación social. En estos espacios se han creado desde turbinas solares e hidráulicas hasta computadoras de bajo costo, herramientas e instrumentos para la salud, la agricultura, la mejora de servicios públicos, y una gran variedad de prototipos que después son comercializados. En 2009 el MIT formó la Fab Foundation para apoyar el crecimiento de los FabLab en el mundo. Esta Fundación apoya la creación FabLab en el mundo con el ¨acceso a las herramientas, el conocimiento y los medios financieros para educar, innovar e inventar usando tecnología y fabricación digital para permitir que cualquier persona haga casi cualquier cosa y así crear oportunidades para mejorar vidas y medios de subsistencia alrededor del mundo¨. Crear un FabLab cuesta entre $100 y $150 mil dólares. Actualmente hay 1,182 FabLabs en 106 países. En México tenemos 14 localizados en la Ciudad de México, Monterrey, Puebla, Ciudad Juárez, Chihuahua, entre otras ciudades. Es importante desarrollar un política pública ambiciosa y decidida de fomento de la innovación en nuestro país, más allá del apoyo a centros de investigación y desarrollo, redes de investigadores, tecnólogos y emprendedores. Tenemos que convertir la innovación en una competencia transversal de todos nuestros estudiantes, empresarios y líderes sociales. De ser posible, incluso, en todos los mexicanos. Los FabLabs son una buena opción. Esperemos que así lo entiendan nuestros gobiernos, tan agobiados en dilapidar nuestro dinero en acciones sin enfoque ni resultados.