Tecnología para el desarrollo
El INEGI acaba de publicar los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2016 (ENDUTIH). Sin duda, el estudio trae consigo buenas noticias: 65.5 millones de personas de seis años o más utilizan Internet, es decir, 2.1 puntos porcentuales más que en 2015. También el número de usuarios de teléfonos inteligentes o smartphones creció de 50.6 millones a 60.6 millones entre 2015 y 2016. En contraste, el total de usuarios de computadora disminuyó 4.3 puntos porcentuales en el mismo periodo, probablemente por la migración a dispositivos móviles.
Se han logrado importantes avances en el establecimiento de sitios y espacios públicos con acceso a Internet a través de la Secretaría de Comunicaciones, al pasar de poco más de 10 mil a 101 mil entre 2010 y 2015. Sin embargo, sólo 47% de los hogares mexicanos disponen de conexión a Internet, en un contexto donde las tarifas no han mostrado una reducción significativa como la que ha ocurrido en la telefonía móvil. El costo mensual del servicio de Internet ronda entre los 420 y 550 pesos para una velocidad de tan sólo 20 Mbps, apenas suficiente para ver televisión por streaming y conectar unos cuantos dispositivos. Cabe señalar que el promedio de velocidad de descarga de los países que integran la OCDE, organismo al que México pertenece, es de 44 Mbps, más del doble.
Es claramente visible que para un jefe de hogar que percibe menos de dos salarios mínimos mensuales (aproximadamente 4 mil 800 pesos, situación en la que están 4 de cada 10 trabajadores en México), y que destina hasta el 50% de su ingreso a la compra de alimentos, invertir en la contratación de un servicio de Internet sería algo por lo menos descabellado.
Para abatir las tarifas de Internet se requiere de la misma voluntad que llevó a a la apertura del mercado de la telefonía móvil para generar competidores al monopolio de América Móvil (Slim) quien, a pesar de todo, sigue controlando el 70% de las líneas de celulares en el país.
La Estrategia Digital Nacional del gobierno federal debe profundizarse para hacer efectivo el acceso universal a banda ancha e Internet, que se estableció en la Constitución como parte de la reforma de telecomunicaciones en 2013; es un derecho humano, han dicho las Naciones Unidas. Si bien dicha reforma autoriza inversión extranjera directa hasta el cien por ciento en telecomunicaciones, no hemos visto entrada de nuevos jugadores al mercado del Internet de banda ancha. ¿Una muestra más del poder de veto de Slim?
El interés de los ciudadanos debe estar por encima de la lógica del mercado. Y no me estoy poniendo estatista, pero sí creo que el gobierno federal debería jugar un papel más activo para ampliar sustantivamente el alcance del Internet a más y más mexicanos. Tenemos que voltear la vista hacia lo que se está haciendo en ciudades como Querétaro, donde las autoridades municipales han hecho un gran esfuerzo para dotar de Internet a los espacios públicos emblemáticos de esta capital.
En Europa está emergiendo experiencias muy alentadoras, como la de la ciudad de Tallín, capital de Estonia, considerada una de las urbes más innovadoras del mundo, que ofrece desde 2005 Wi-Fi de acceso gratuito a una velocidad de 15 Mbps. Helsinki, Finlandia, es también una ciudad Wireless sustentada en la “Helsinki Open City WLAN”, en funcionamiento desde el año 2006, y que se puede encontrar abierta y sin necesidad de registro previo ni contraseña. Londres y Barcelona, son también casos destacados de ciudades que hacen efectivo el acceso gratuito como un derecho ciudadano.
La ENDUTIH 2016 revela que existe una fuerte desigualdad a nivel estatal en la penetración del Internet. Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala, Puebla, Veracruz y Guerrero están a la zaga, en un mundo donde las tecnologías de la información y las comunicaciones son poderoso factor de productividad y competitividad. ¿Queremos sacar adelante esas entidades? Entonces invirtamos no sólo en desarrollo social, sino también en telecomunicaciones para cerrar la brecha digital que las separa del resto del país.
El Internet y la telefonía celular son vía de acceso a muchísimos bienes: cultura, educación a distancia, capacitación laboral, información para la salud, trámites gubernamentales, participación cívica. Sin desestimar sus riesgos (invasión de la privacidad, espionaje, delitos informáticos, pornografía, adicción) puedo afirmar que la tecnología, cuando se utiliza con visión social e inteligencia, fortalece el ejercicio de la ciudadanía, genera tejido social y promueve la prosperidad económica y el bienestar humano.
En Sonora estamos a la vanguardia según la ENDUTIH 2016. Como estado somos el segundo más conectado del país (71%) y el primero en penetración celular (87%). Hermosillo es líder nacional en conectividad (83%). Aprovechemos esas fortalezas tecnológicas para impulsar a nuestro estado hacia el liderazgo que se merece.