Internet en México: GCE
Contexto
- El acceso a Internet y el uso de las nuevas tecnologías es una de las vertientes críticas para la competitividad de los países, organizaciones y personas, porque ello significa el acceso a una economía mundial cada vez más basada en el conocimiento y la innovación. La red de redes permite el acceso, integración y distribución de la información y el conocimiento, la reducción de los costos de transacción, la participación en los mercados globales y el beneficio de la colaboración y la inteligencia colectiva.
- Por ello, los países han estado invirtiendo en expandir sus redes y en hacerlas cada vez más veloces para el manejo de datos e imágenes, que son la materia prima para crear y desarrollar nuevos y mejores productos y servicios, en una frenética competencia por conservar y conquistar mercados.
Internet en México: GCE
- Recientemente se dieron a conocer los resultados de la Encuesta Nacional 2016 elaborada por la empresa de opinión pública Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE). Este estudio tiene un apartado sobre el acceso a Internet, tanto a nivel nacional como en los estados. Sus datos nos sirven para conocer los avances y los retos pendientes que tenemos en materia de acceso y explotación del Internet.
- Los resultados arrojan que 71.5% de la población en México tiene acceso a Internet a través de una conexión. Entre los estados que mayor penetración digital destacan Baja California Sur con 83.3%, Quintana Roo con 82.7% y Baja California con 81.6%. Y entre los estados más rezagados en el acceso a la red se encuentran: Guerrero con 59.3%, Michoacán con 58.7% y Zacatecas con 58.3%.
- En cuanto al lugar de acceso, 71.3% de los mexicanos lo tiene desde sus casas, dato interesante porque indica que todos los integrantes de la familia tienen potencialmente acceso a la red, donde los niños y jóvenes pueden ser los mayores beneficiarios de ello.
- Respecto a los principales usos que hacemos del Internet, 18.5% de los mexicanos lo utilizamos para la educación (tareas, información), 13.6% para las redes sociales, 12.9% para las noticias, y 8.4% para información especializada o acceso a libros. Es una buena noticia que empiece a darse un uso más productivo al acceso al mundo digital, lo cual habla de un proceso de maduración del internauta mexicano.
- Este estudio ratifica el perfil social de dicho internauta, pues 48% tiene alguna cuenta en las redes sociales. Las redes sociales de los mexicanos son: Facebook (72.3%), WhatsApp (10.1%), Twitter (6.5%), Instagram (1.7%) y Google + (1.5%).
- Sin embargo, los resultados presentados por el estudio nacional del GCE evidencian la gran desconfianza que le tenemos los mexicanos a la información que circula en las redes sociales sobre tópicos públicos o políticos: 64.4% no confía en dicha información y sólo 23.6% sí lo hace.
- Los datos hablan de igual manera de un mercado mayoritariamente concentrado en un proveedor de acceso: TELMEX provee el acceso de 77.3% de los internautas del país, IZZI de 5.2% y Megacable de 4.1%.
Conclusiones
Esta información representan un buen punto de partida para realizar un diagnóstico de los avances y retos pendientes en materia de conexión a Internet. Reflejan oportunidades desiguales en el acceso a la red, donde el mayor esfuerzo se tendría que poner en las comunidades más pobres y atrasadas, así como en las más aisladas. También indican un incipiente uso productivo de Internet, mismo que podría fortalecerse si incorporáramos en la curricula escolar de nuestros niños la educación digital. Y finalmente muestran la concentración en la provisión del servicio de acceso, que no alienta una competencia capaz de generar mejores precios, calidad, cobertura y valor agregado para el usuario. Seguimos esperando los beneficios prometidos por le Reformas de las Telecomunicaciones.
La Encuesta Nacional 2016 del GCE describe el caso mexicano: hay avances pese a la inexistencia de una política nacional en materia de acceso y uso de Internet, reto que de no atenderse puede convertirse en fuente de nuevas desigualdades; y se nota la ausencia de un programa urgente de educación digital, principalmente orientado a niños y jóvenes. A ver para cuándo.