Las redes sociales se han convertido en el nuevo espacio de interacción social del siglo XXI. Actualmente uno de cada dos habitantes del planeta son usuarios de las redes sociales, esto es, 3,900 millones de personas. Representan 85% del total de los cibernautas en el mundo.
Las redes sociales han adquirido de manera creciente mayor influencia en quienes interactúan en ellas y ya son un espacio estratégico para las decisiones de compra y las opiniones públicas sobre los principales temas.
Cada día miles de millones de usuarios de las redes sociales se comunican exponiendo información, datos, preferencias y comportamientos al entablar comunicación con amigos, colegas, clientes, comerciantes o desconocidos. Toda la información de estos intercambios queda registrada en las plataformas sociales, y tienen un gran valor no solo para los anunciantes, sino también para todos aquellos que buscan otros intereses como la influencia y el poder.
Ante esta nueva realidad, han surgido intereses para conocer mejor cómo se forma y desarrollan las interacciones. Este tipo de acciones para conocer lo que sucede en el espacio social digital, se le denomina Vigilancia digital o de las redes sociales. Y es un tema que tiene muy preocupados a diferentes actores que defienden la privacidad y el derecho de protección de la información personal.
A través de la vigilancia social se recopila, clasifica, analiza e interpreta los datos para hacer inferencias que tiene un enorme valor en el mercado de la influencia pública.
Por vigilancia de redes sociales nos referimos a “la recopilación y el procesamiento de datos personales extraídos de plataformas de comunicación digital, a menudo a través de tecnología automatizada que permite la agregación, organización y análisis en tiempo real de grandes cantidades de metadatos y contenido”.
Esta vigilancia ahora es posible gracias a los avances de las tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial, el aprendizaje automatizado y profundo y el big data, entre otras.
Pero, ¿cómo se realiza este proceso de vigilancia en las redes sociales? Las poderosas plataformas de vigilancia no solo recopilan, sino también interceptan las comunicaciones desde los dispositivos donde se emiten, como es el caso de los celulares.
Todo se registra y estudia: las comunicaciones entre amigos, familiares, clientes, proveedores, profesionales y demás, sobre todos los temas de conversación, ya sean personales, de posiciones políticas, creencias religiosas, opiniones diversas. Una vez recopilada la información, las plataformas de inteligencia artificial mapean los datos y encuentran relaciones que “permiten darle significado a través de su procesamiento de lenguaje natural y análisis de sentimientos” y lograr extrapolaciones con gran exactitud de posiciones pasadas, actuales y futuras.
El problema de estos ejercicios es que pueden ser usados para intereses ligados al poder. En algunos países donde las posiciones políticas, religiosas o de carácter sexual son perseguidas, pueden llegar a tener consecuencias legales.
El problema es tan grave y de escala creciente, que la organización Freedom House descubrió que 47 de los 65 países que evaluó en 2019 presentaron arrestos de usuarios de redes sociales por discurso político, social o religioso. Un récord. Seguramente la fuente de estos castigos fueron plataformas de vigilancia de los espacios digitales.
Dentro de la guerra tecnológica que actualmente libran EEUU y China, se inserta el tema de la vigilancia de las redes sociales. Recientemente el gobierno norteamericano inició una investigación, al igual que el gobierno de Reino Unido, en contra de la red TikTok, adquirida por la firma china ByteDance en 2017. El temor de ambos gobiernos se refiere al riesgo de recopilación de información de parte de la empresa propietaria y la obligación legal que tienen las empresas chinas de compartir la información de sus plataformas con el gobierno de su país.
Vale la pena hablar de lo que representa TikTok en el mundo digital: tiene 500 millones de usuarios, en 2019 se descargó 750 millones de veces, está disponible en 150 países y 75 idiomas.
Ante la importancia que ha adquirido en mundo social digital, los intereses económicos y políticos buscan controlarlo a través de la vigilancia tecnológica. Un tema que apenas empieza y que dará mucho de que hablar. Lo cierto en que miles de millones están en riesgo de que se usen sus datos e información para ser manipulados. Espeluznante noticia.