La lucha por el liderazgo internacional de las diferentes potencias económicas y políticas del mundo pasa por el dominio de la capacidad de destrucción, que se expresa a través de las guerras. Hasta la fecha, los problemas bélicos se han resuelto usando los territorios terrestres como escena, pero pronto esto podría cambiar ante la creciente importancia del espacio. Próximamente empezaremos a ver amenazas de posibles guerras en el espacio. Pero, ¿qué significa esto?
Actualmente hay cerca de 1,700 satélites de diferentes tipos en la órbita del planeta. La mitad de ellos son de Estados Unidos, de los cuales una quinta parte son militares. Estos satélites no solo sirven para las comunicaciones en el mundo, la geolocalización, la navegación de diferentes máquinas, la recolección de información estratégica sobre el planeta y demás; también sirven para espiar y, eventualmente, para atacar objetivos de guerra.
Cuando se piensa en una “guerra espacial” no solo se considera el uso del sabotaje cibernético, sino también el de armas de destrucción. Además de que las partes de los satélites que se destruyan pueden ser armas letales en el espacio y más letales si entran a la órbita terrestre.
Esto se complica más, pues los acuerdos internacionales son muy endebles y generales sobre las condiciones de paz en el espacio exterior, cuyo mayor acuerdo es el Tratado del Espacio Exterior de 1967 (https://www.businessinsider.com/neil-degrasse-tyson-heres-what-a-space-war-could-look-like-2018-10).
De acuerdo con Wikipedia, la guerra espacial es un combate que “tiene lugar en el espacio exterior. Por lo tanto, el alcance de la guerra espacial incluye la guerra tierra-espacio, como atacar satélites desde la Tierra, así como la guerra espacio-espacio, como satélites que atacan satélites. La mayoría de los sistemas de comunicaciones del mundo dependen en gran medida de la presencia de satélites en órbita alrededor del planeta. Proteger estos activos podría motivar seriamente a las naciones que dependen de ellos a considerar el despliegue de más armamento basado en el espacio, especialmente en conflictos que involucran a países avanzados con acceso al espacio.
“Desde 2017, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha realizado un ejercicio militar anual llamado ‘Bandera del espacio’ en la Base de la Fuerza Aérea de Peterson, que involucra a un equipo rojo que simula ataques contra satélites estadounidenses (https://en.wikipedia.org/wiki/Space_warfare)”.
¿Cómo sería una guerra espacial? Se piensa que este tipo de enfrentamiento puede tomar dos formas: ataques físicos directos o sabotaje cibernético. El Comando Espacial de la Fuerza Aérea de Estados Unidos habla de “espacio y ciberespacio” al mismo tiempo. Se dice que la guerra cibernética no requeriría un arma física, solo una interrupción enfocada (https://www.businessinsider.com/neil-degrasse-tyson-heres-what-a-space-war-could-look-like-2018-10).
De hecho, se conocen de varios prototipos de armas espaciales:
- Láser para cegar satélites. El presidente ruso Vladimir Putin recientemente mostró el video de un camión articulado con un gran telescopio conectado que es un arma láser anti-satélite para deslumbrar a los satélites espías y que no puedan tomar imágenes, de manera temporal, y si el láser se enfoca durante un tiempo suficiente, podría cegarlo permanentemente.
- Satélites de proximidad. Son pequeños satélites que vuelan cerca de los de comunicaciones militares de un enemigo. Sirven para escuchar todo lo que se está transmitiendo o también podrían bloquear las comunicaciones.
- Satélites de servicio. Son pequeños aparatos con misiones de servicio. Están diseñados para prolongar la vida útil de los satélites de comunicaciones con la dotación de combustible y pequeñas reparaciones o acciones de mantenimiento, pero ya hay versiones que pueden servir para cortar una línea de combustible y o dañar un satélite enemigo (https://www.sciencefocus.com/space/space-wars-the-new-arms-race-above-our-heads/).
Otro problema de la guerra espacial es la fragmentación de las partes de un satélite atacado, que giran alrededor de la tierra a 7 km por segundo, y que pueden ser letales para otros satélites, creando un caos a través de un efecto domino en el espacio exterior con consecuencias insospechadas.
La guerra espacial es una amenaza seria y de alcances de destrucción inimaginables. Bienvenidos a las nuevas preocupaciones de un mundo dominado por la tecnología.