El crecimiento de la economía se ha vuelto un tema complejo. De ahí que se exploren nuevas alternativas para generar valor en un mundo globalizado, hiperconectado e impulsado por la creación de nuevos bienes, productos y servicios. Una opción que ha sido reconocida por instituciones, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es la economía naranja, antes conocida como la economía creativa.
La economía naranja es el conjunto de actividades que permiten que las ideas se conviertan en bienes y servicios, donde su valor en el mercado está condicionado por su contenido intelectual. ¿Qué sectores considera la economía naranja? Las artes visuales (pintura, escultura, fotografía, moda, etc.), las artes escénicas (teatro, danza, música, circos, etc.), expresiones culturales (artesanías, gastronomía, festivales, conciertos, etc.); las industrias culturales (libros, cine, medios de comunicación, etc.) y las creaciones funcionales (diseño, software, contenidos digitales, publicidad, etc.).
De acuerdo a un reciente reporte de la UNESCO (https://en.unesco.org/creativity/), la economía naranja adquiere cada vez más importancia por su impacto, principalmente impulsadas por sus dos industrias, la cultural y la creativa. Por ejemplo, la economía naranja genera actualmente ingresos por $2,250 billones de dólares y el valor de sus exportaciones globales llega a los $250,000 millones de dólares. Se piensa que de continuar su expansión hasta hoy, en los próximos años representará 10% del PIB mundial.
Además, la economía naranja se destaca por el número de empleos que crea en general, y para los jóvenes en particular: proporciona 30 millones de empleos en el mundo, y es el sector que más emplea a los jóvenes de 15 y 29 años. La base de esta nueva estrategia económica está en la aparición de la tecnología y el talento de jóvenes creativos e innovadores.
De acuerdo con ProMéxico (http://mim.promexico.gob.mx/swb/mim), nuestro país se ubica en el lugar 14 en importancia en la industria creativa, la que representa actualmente 3.5% del PIB nacional, empujada esta cifra por el pujante sector nacional de medios audiovisuales. Actualmente, según datos del INEGI, esta vertiente económica emplea a 1.3 millones de mexicanos.
En 2017, las exportaciones de la economía naranja representaron ingresos para el país por $5,200 millones de dólares, que se dirigieron a Estados Unidos, Canadá y Luxemburgo, principalmente. Cabe destacar que nuestro país es el quinto proveedor en importancia de Estados Unidos, por arriba de India y Canadá. Además, somos el sexto exportador mundial en animación, videojuegos y materiales basado en contenido digital.
Diversos expertos y la Entertainment Software Association (ESA) consideran que el país cuenta con las capacidades suficientes para convertirse en líder mundial en materia de videojuegos.
Nuestro país tiene claras fortalezas para aprovechar las oportunidades que nos ofrece la economía naranja, entre las que destacan:
- Capital humano especializado y de alto valor. Somos el noveno lugar mundial en desarrollo de talento en tecnología. Anualmente egresan 17 mil estudiantes de carreras afines a esta vertiente competitiva.
- Costos competitivos de producción. De acuerdo con KPMG, la industria naranja mexicana es más competitiva que la industria de Estados Unidos en materia de desarrollo de software y de productos de entretenimiento digital.
- Capacidades instaladas y ubicación. El país cuenta con instalaciones importantes en industria audiovisual en los estados de Baja California y Jalisco, además de su cercanía con Estados Unidos, el mercado más grande de estos bienes y productos.
La economía naranja es un ejemplo más del alto potencial que tiene México para destacar en la nueva economía basada en la información y el conocimiento. Esperamos que el nuevo gobierno federal pronto lo entienda y nos invite a desarrollar un programa ambicioso para hacer de nuestro país un líder en materia de industrias creativas, aprovechando con ello el gran talento con que contamos.