Las ciudades serán la arena donde se desarrollará el presente y el futuro de la humanidad. Actualmente más de la mitad de la población del mundo vive en ciudades, alrededor de 3,600 millones de personas habitan en urbes de más de 300 mil habitantes, cifra que llegará a 7,000 millones en 50 años. En México 8 de cada 10 habitantes viven en zonas urbanas.
Además, las ciudades se están convirtiendo en polo de atracción del talento, por lo que es seguro que sean el lugar donde se darán los mayores cambios en lo económico, político y social. Así lo piensan también en el IBM Institute for Business Value y lo plasman en su estudio Ciudades más inteligentes para un desarrollo sostenible, donde aseguran que existe una nueva realidad en el siglo XXI, basado en tres grandes tendencias:
- Tenemos en el mundo un nivel de urbanización sin precedentes.
- Las ciudades concentran la mayor cantidad de población calificada, formada, creativa y emprendedora del planeta, lo que representa una importante reserva de conocimiento.
- Ello les permitirá a las ciudades sustentar redes empresariales y de inversión que generen economías de escala al absorber y extender la innovación.
Sin embargo, las ciudades conservan importantes rezagos y retos no resueltos en el siglo pasado que pondrán a prueba al talento que atraerán, entre los que el estudio destaca:
- Reducir la congestión en los sistemas de transporte.
- Mejorar la seguridad ciudadana, reduciendo los delitos y el tiempo de respuesta a emergencias.
- Agilizar y personalizar los servicios destinados a los ciudadanos, dando especial preferencia a la educación y a la formación.
- Permitir un acceso adecuado a los datos de salud para incrementar la calidad de la atención y la prevención, así como facilitar la detección temprana de enfermedades.
En IBM piensan que hay espacio para convertir los retos en oportunidades de crecimiento, a partir de un enfoque de ciudades inteligentes, utilizando estratégicamente la tecnología y explotando de manera adecuada la información para obtener mayor eficiencia. De tal forma que ofrezca mejores resultados a los habitantes urbanos. Y nos pone algunos ejemplos.
Es el caso de la movilidad urbana, donde los problemas del transporte urbano generan un costo promedio de entre el 1.5 al 4% del PIB de los países desarrollados. Pero también tiene altísimos costos en vidas humanas: cada año mueren 1.2 millones de personas en accidentes de tráfico en todo el mundo y se producen más de 50 millones de accidentes. De ahí que destaca lo que está haciendo la autoridad del transporte de Singapur, a través de su sistema de transporte inteligente. Vía un sistema de pago nacional de los servicios de transporte por medio de una tarjeta única resuelve y simplifica su uso. Pero también este sistema le permite procesar los 20 millones de servicios utilizados diariamente para optimizar rutas, horarios y tarifas. Esta medida ha generado eficiencia y mayor calidad del transporte y ahorros anuales por 28 millones de dólares. Todo ello, aprovechando inteligentemente la información disponible.
Otra buena práctica que menciona el estudio de IBM es el caso de la implementación del Centro Integrado de Seguridad y Emergencias de Madrid (CISEM). En este Centro se puso en práctica un sistema integrado e inteligente que une y coordina todas las instancias de atención a emergencias para optimizar la gestión de la información y promover la prevención a través de una mejor planeación. Los resultados han sido destacados: obtención de mayor eficacia en la atención de emergencias y reducciones en los tiempos de respuesta de 25%.
Hay muchas fuentes para la innovación, y una disponible es la explotación de la información que producimos todos los días en el uso de los servicios públicos en las ciudades. La explotación adecuada de esta información puede brindarnos importantes áreas de oportunidad para mejorar la eficiencia y la eficacia de una capacidad cada vez más mermada y cuestionada en materia de servicios públicos. Es urgente asumir esta nueva realidad a partir de un enfoque de ciudad inteligente, antes que el futuro nos rebase.