La cooperación entre México y EE.UU. en la lucha contra el narcotráfico combina esfuerzos conjuntos con deficiencias notorias, especialmente del lado estadounidense. Persisten tres grandes problemas: la falta de coordinación operativa, el tráfico ilegal de armas y el escaso combate al lavado de dinero.

Aunque México ha entregado a varios criminales —29 en febrero de 2025—, EE.UU. ha sido menos efectivo desmantelando redes de distribución en su territorio. Esto contrasta con las más de 97,000 muertes por sobredosis registradas en 2024. El consumo de fentanilo sigue impulsando esta crisis.

El tráfico de armas desde EE.UU., principalmente desde Texas, Arizona y California, ha fortalecido a los cárteles. En 2023, el 70% de las armas incautadas en escenas del crimen en México eran de origen estadounidense. Sin embargo, las leyes laxas y la inacción política han limitado avances. Un decomiso aislado en Texas, en marzo de 2025, evidenció lo poco prioritario que es este tema en la agenda interna de EE.UU.

Respecto al lavado de dinero, los cárteles blanquean miles de millones de dólares anualmente. Aunque la DEA estimó que solo en 2023 se movieron más de 25,000 millones de dólares, EE.UU. ha sancionado a menos de 100 personas en cinco años. Un avance ocurrió el 1 de abril de 2025, cuando el Departamento del Tesoro sancionó a seis operadores y siete empresas vinculadas al Cártel de Sinaloa, con apoyo de la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana.

México ha reforzado su respuesta. Entre febrero y marzo de 2025 incautó 130 kg de fentanilo y casi una tonelada en pastillas, un aumento de más del 2,000% respecto a años anteriores. De 2021 a 2025 ha decomisado 5.4 toneladas. En EE.UU., la CBP reportó 9,928 kg decomisados en 2024, el 96.6% en la frontera con México. En 2025, los decomisos han caído 40%.

La crisis de consumo sigue siendo uno de los aspectos más desatendidos por EE.UU. Aunque las muertes por sobredosis cayeron de 110,000 en 2023 a 97,000 en 2024, y los CDC proyectan 87,000 muertes para septiembre de 2024 (una reducción del 24%), el fentanilo sigue siendo responsable del 70% de esas muertes.

Pese a los avances, el tráfico de precursores continúa y el consumo interno en México comienza a preocupar. Además, las tensiones políticas escalan: en marzo, EE.UU. impuso aranceles a productos mexicanos, lo que motivó el despliegue de 10,000 efectivos en la frontera.

México ha asumido un mayor costo humano y operativo. Para lograr una estrategia efectiva y equilibrada, EE.UU. debe asumir su responsabilidad en esta crisis que también alimenta desde dentro.

 

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