Hoy más que nunca el futuro se está convirtiendo en un lugar inseguro, de grandes incertidumbres y difícil de predecir. En lo único que existe cierto consenso es que el conocimiento y las nuevas tecnologías serán el mayor diferenciador entre ricos y pobres, desarrollo o atraso. A la próxima generación le tocarán dos tareas complejas: resolver los problemas no atendidos del pasado y los nuevos creados por las generaciones que les preceden, y aprovechar los retos y desafíos para hacer un mundo más justo y sustentable. ¿Fácil, no?
Por ello es de la mayor importancia saber qué piensan y cómo están pensando y preparándose para afrontar el futuro los millennials, la próxima generación. De acuerdo con Wikipedia, los millennials son aquellos que nacieron entre los primeros años de la década de 1980 y a principios de la de 2000. Aunque las características varían de una región a otra, esta generación ha estado generalmente marcada por un mayor uso y familiaridad con la tecnología.
De ahí la importancia para la región del estudio del Banco Interamericano del Desarrollo (BID): Millennials en América Latina y el Caribe 2018: ¿trabajar o estudiar? Entre sus principales hallazgos para la región, destacan:
- 60% de los estudiantes de los 10 países latinoamericanos que rindieron la prueba PISA en el año 2015 no alcanzan las competencias mínimas en matemáticas que se requieren para un buen desempeño en la sociedad.
- 41% del total se dedica solo al estudio y/o la capacitación; 21% solo trabaja; 17% realiza ambas actividades al mismo tiempo; y 21% no estudia, ni se capacita, ni trabaja.
- El grupo de “ninis” está mayoritariamente formado por mujeres en todos los países, y pertenecen a los hogares de menos recursos.
- De los jóvenes que trabajan en América Latina y el Caribe (ALC) 70% de ellos lo hacen en la informalidad. La proporción de jóvenes con empleo informal es: Haití (81%), México (78%), Paraguay (75%), El Salvador (68%), Colombia (63%), Brasil (61%), Chile (53%).
- La población “ninis¨ por país es la siguiente: México (25%); El Salvador (24%); Brasil (23%); Haití (19%); Colombia (16%); Paraguay (15%); Chile (14%).
- Excepto en Haití, los jóvenes dicen manejar dispositivos digitales con mucha facilidad (en promedio, reportan un nivel de 80 en una escala del 0 al 100), habilidad clave para la inserción laboral en un mercado cada vez más digitalizado.
- 80% de quienes terminaron la secundaria aspira a completar la educación superior. Más aún, 80% declara estar altamente seguro de que lo logrará. Esto contrasta con la cobertura actual de la educación superior en la región en torno al 40%.
- El costo de una mayor informalidad parece ser compensado, de acuerdo con la encuesta, por mayores ingresos laborales. En los países con mayor informalidad, los jóvenes ganan más del doble del salario mínimo legal, mientras que, en las economías con menor informalidad, los jóvenes ganan justo por encima del salario mínimo legal.
- 47% de los jóvenes empleados, el trabajo es de tiempo parcial, lo que les permitiría conciliar sus actividades remuneradas con el estudio, el cuidado de otros miembros del hogar y otras actividades.
Los resultados del estudio del BID en el caso de México, son contrastantes:
- La mayoría de los jóvenes aspira a completar la educación superior. Entre los ¨ninis¨ sólo el 66% aspira a la educación universitaria, mientras que, entre los estudiantes, este porcentaje es de alrededor del 89%.
- En México 36% de los jóvenes solo estudia; 24% solo trabaja; 15% estudia y trabaja; 25% es ¨nini¨.
- Por grupos, los ¨ninis¨ son los que tuvieron un peor desempeño en una prueba de habilidades cognitivas en la encuesta. Les siguen los que trabajan, los que estudian y, finalmente, con el mayor puntaje, los que estudian y trabajan.
- Existe una noción equivocada de que los ¨ninis¨ son ociosos. Los ninis dedican más tiempo al cuidado de sus hijos y de otros miembros del hogar, y a a labores domésticas que los jóvenes que trabajan y/o estudian (https://publications.iadb.org/es/publicacion/millennials-en-america-latina-y-el-caribe-trabajar-o-estudiar).
El estudio del BID deja al descubierto el drama de los jóvenes de la región latinoamericana y de México: estudiar o trabajar. De ahí de la importancia de programas como el de Jóvenes construyendo en futuro de la actual administración federal. Este programa puede ser un buen puente para resolver una aparente dilema de dos opciones y preparar a nuestras a las próximas generaciones a una nueva y difícil realidad laboral: estudiar y trabajar al mismo tiempo y permanentemente.