Vivimos una época apasionante de cambios debido al impacto de la tecnología. No sólo todo ha cambiado a partir de la aparición de Internet y el uso masificado de las tecnologías de la información desde los años 90. Ahora estamos por iniciar un nuevo ciclo de cambios más dramáticos a partir de la aparición de las llamadas tecnologías exponenciales.
De acuerdo con Wikipedia, las tecnologías exponenciales “son aquellas en la que, en muy poco tiempo, su precio y complejidad disminuye de forma relevante pero, al mismo tiempo, su capacidad y el número de aplicaciones aumenta de forma exponencial. Tienen la virtud de que su utilización resuelve una enorme cantidad de problemas, es aplicable a la mayoría de los sectores y facilita la vida a la mayoría de las personas”.
Estamos a punto de iniciar una cuarta revolución industrial. La primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830. La segunda, alrededor de 1850, trajo la electricidad y permitió la manufactura en masa. La tercera es de mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica y la tecnología de la información y las telecomunicaciones. Y la cuarta revolución será provocada en los próximos cinco años por las tecnologías exponenciales.
Una de las industrias que mayor transformación sufrirá es la salud. Así lo afirma Vanessa Bates en su artículo publicado en el Singularity Hub (https://singularityhub.com/2018/11/11/5-technologies-solving-the-worlds-most-ubiquitous-healthcare-problems/#sm.0000103go7w7d9cx2t1fozsz9w74q). Ahí, Bates refiere una charla con John Halamka, director de Información del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Harvard y profesor de su Escuela de Medicina.
Ambos expertos aseguran que el futuro de la salud estará determinado por el impacto de las nuevas tecnologías exponenciales, que atenderán el crecimiento de las enfermedades y de los costos de atención en el mundo. Fenómeno que en mucho se debe al crecimiento de la esperanza de vida lograda por los adelantos científicos y tecnológicos en la salud.
Halamka se refiere a la trascendencia que tendrán en la salud el aprendizaje automático, el Internet de las Cosas, el Big Data, la Telemedicina y el Blockchain.
En cuanto al aprendizaje automático, el experto asume que no puede haber otra solución para estar actualizado ante la gran producción de nuevos conocimientos médicos, las discusiones entre investigadores, de las opiniones y descripción de síntomas de los pacientes. Solamente las máquinas pueden procesar tanta información con la rapidez del momento, ordenarla y usarla de manera más asertiva.
El Internet de las Cosas conectará los dispositivos vestibles incrustados en el cuerpo de las personas para monitorear su salud en tiempo real, a través del envío de la información a sistemas especializados que tomarán las decisiones para atender con oportunidad cualquier riesgo o prevenirlo.
Todo lo que imaginamos, se dará en un ambiente donde se crearán cantidades impensables de datos que tendrán que ser procesados para encontrar nuevas soluciones, procedimientos o medicamentos. Así, el Big Data ayudará a encontrar nuevas opciones a partir de los datos acumulados. Dice Halamka que su “esperanza radica en que los datos del pasado informen el cuidado de los pacientes en el futuro”.
Para poder acercar la salud a más personas y bajar sus costos, se pronostica que se use la telemedicina a través de celulares para compartir imágenes y datos que permitan solucionar problemas de la salud a distancia. Aquí todavía hay brechas que cubrir para satisfacer los requisitos normativos de las autoridades.
Finalmente, Halamka asegura que la tecnología de bloques que ofrece Blockchain permitiría tener los registros de los procedimientos médicos a buen resguardo para cualquier tipo de auditoría médica o legal. No habría manera de esconder errores ni tampoco forma de engañar a la autoridad. Además de que seria una fuente muy valiosa para resguardar el conocimiento aplicado.
El futuro de la salud tendrá impresionantes cambios, pero no se pronostica la desaparición de los médicos. Más bien se piensa que los adelantos que tendremos mejorarán su trabajo, porque el entendimiento del ser humano no podrá nunca ser reemplazado por una máquina.