El presente y el futuro de las ciudades tendrá como escenario las urbes medias y grandes del mundo de más de 300 mil habitantes. Hoy más de 3,600 millones de personas viven en este tipo de comunidades y se espera que en menos de 50 años la cifra se duplique a 7,000 millones de habitantes. Las 600 ciudades más habitadas del mundo se quedan con más de la mitad de toda riqueza producida en el mundo, y para el 2025 esta cantidad será de 60%.
No cabe duda que las ciudades se convertirán en el centro del desarrollo mundial, y será en ellas donde se decidirá el futuro económico, político y social del planeta. Es por ello que los líderes visionarios están preocupados por impulsar las condiciones para capturar localmente el mayor talento posible para convertirlo en generación de valor en una nueva sociedad donde la información y el conocimiento son las nuevas ventajas competitivas. Es probable que las ciudades lleguen a adquirir mayor importancia que los países.
Hoy en día estamos transitando del modelo de urbes inteligentes al modelo de innovadoras, o, en algunos casos, complementando ambos modelos. La lucha por ser parte del nuevo centro neurálgico del poder y la riqueza está obligando a los dirigentes públicos y privados a impulsar diferentes formas de colocar al centro de los ecosistemas comunitarios a la innovación y desarrollar las condiciones para su desarrollo acelerado.
Hay diferentes modelos de ciudades innovadoras en el mundo, pero hay coincidencia en los elementos básicos a considerar para su desarrollo:
- La vocación económica y el consumo. La idea es crear valor a partir de los elementos ya construidos que le dan fortaleza económica a cada ciudad. Son buenos indicios analizar las cadenas de valor económico y de consumo existentes para buscar cómo fortalecerlas o potenciarlas, o en su caso reemplazarlas, sin no se vislumbra futuro.
- La educación. La creación del conocimiento parte del desarrollo del talento basado en diferentes opciones de aprendizaje y colaboración. Hay que unir y atraer capacidades y talentos para exponenciarlos a través de la educación. Todo el ecosistema urbano tiene que estar orientado a la educación y al aprendizaje individual y colectivo.
- El trabajo. Además del desarrollo de nuevas habilidades individuales entre los trabajadores se deben de desarrollar nuevas competencias como la colaboración, la cultura digital, y las inteligencias individual y colectiva. Hay que aceptar que el constante y acelerado cambio nos obligará a tener que aprender nuevas habilidades y competencias.
- La movilidad. Se tienen que desarrollar nuevos modelos de movilidad que sean más sostenibles, que privilegien lo colectivo sobre lo individual, que combinen capacidades públicas, privadas y de diferentes sistemas de transporte. Debemos de hacer fácil, barato, inteligente y sostenible el transporte en las nuevas ciudades. Debemos de imaginar nuevas y creativas soluciones.
- La energía. Las nuevas ciudades tiene que acelerar el tránsito de las energías tradicionales a las limpias. Además, el centro de la agenda de la transición energética debe de estar el uso adecuado de recursos críticos para las ciudades como es el agua, el aire y el suelo.
- La creatividad y la colaboración. Hay que desarrollar nuevos espacios e incentivos para fomentar la creatividad y sus industrias relacionadas, así como la colaboración vertical y horizontal. Innovar en aprovechar capacidades y construir juntos. Debemos pasar de la competencia a la colaboración, y de la creación a la co creación o creación colectiva.
- La nueva comunidad. Se tiene que romper la visión individual y el aislamiento social para impulsar la participación y la corresponsabilidad. Nadie puede ser solo parte de la crítica. Todos debemos asumir la responsabilidad en los problemas comunes no resueltos. La inclusión debe ser un objetivo deliberado de las ciudades innovadoras para mejorar el bienestar individual y colectivo, principalmente. La meta es abatir las brechas de desigualdad y crear nuevos sistemas para crear mayor igualdad.
Es urgente aceptar que el modelo tradicional de crecimiento de las ciudades basado en la atención a la demanda, no solamente está rebasado, sino que tiene en crisis a muchas comunidades alrededor del mundo. México no es la excepción, más bien la regla.
Debemos asumir la necesidad de cambiar a nuevos modelos de desarrollo urbano basados en la creación de oportunidades y ventajas basadas en la tecnología y la explotación del conocimiento que crea la innovación. Convertir nuestras ciudades en ciudades innovadoras es el reto inmediato que tenemos si queremos salir del colapso actual de nuestros centros urbanos. Y ello no es solo tarea de los gobiernos, la sociedad debe de jugar un rol activo y determinante en la planeación y ejecución de los cambios acelerados que necesitamos, si queremos tener futuro.