La explotación de la información es esencial para resolver problemas o identificar oportunidades. Vivimos en una época donde tenemos a nuestra disposición una cantidad enorme de datos, mismos que por sí mismos no necesariamente son útiles. De ahí nace big data, que busca explotar la información con criterios definidos para saber interpretarla de manera automática con base a algoritmos informáticos.
Una de las maneras de explotar los datos disponibles es a través de su ubicación espacial, lo que ha dado pie a lo que se puede llamar la inteligencia de la ubicación de la información. De acuerdo con Wikipedia, esta nueva vertiente es el “proceso de obtener una visión significativa de las relaciones de datos geoespaciales para resolver un problema en particular. Se trata de estratificar múltiples conjuntos de datos espacialmente y/o cronológicamente, para una referencia fácil en un mapa, y sus aplicaciones abarcan industrias, categorías y organizaciones”.
La información referenciada en el espacio puede ser muy útil para la toma de decisiones en materia del comportamiento de los mercados de consumo y la identificación de oportunidades de negocios, para la atención médica o de servicios públicos, para resolver problemas de seguridad, educación, tráfico y demás.
Las herramientas de la inteligencia de la ubicación, como los sistemas de información geográfica (GIS), utilizan mapas en donde se le colocan capas de información y datos que permiten a los expertos espaciales recopilar, almacenar, analizar y visualizar conocimiento útil. Pero el auge de esta nueva disciplina está dado por la importancia que cada día adquiere big data para explotar la gran cantidad de datos, la masificación de las tecnología RFID que permite usar sensores, GPS y bases móviles; y el crecimiento del Internet de las Cosas, que captura mucha información que puede ser interpretada para obtener provecho.
Todo ello está creando nuevas oportunidades para explotar la información disponible, como la interconexión de datos para explorar nuevas áreas.
¿Quiénes están usando la inteligencia de la ubicación? Muchas industrias, como la de las telecomunicaciones, donde 70% asegura que ello es fundamental para su éxito, porque les permiten brindar servicios a través de la explotación de la información del comportamiento de sus usuarios de telefonía celular para fines comerciales.
¿Cuáles son algunas aplicaciones prácticas de la inteligencia en la ubicación? Las compañías aseguradoras ahora explotan la información meteorológica y su ubicación en tiempo real para apoyar a sus asegurados en casos de potenciales desastres naturales, y así reducir su impacto. Los promotores inmobiliarios toman en cuenta los datos del comportamiento del tráfico, la movilidad y la actividad económica en las ciudades para asesorar mejor a sus clientes sobre las mejores ubicaciones para residir en las ciudades.
Otro ejemplo es el caso de los gobiernos que analizan los datos de consumo de agua y electricidad para planear de mejor manera las inversiones públicas y atender la demanda futura u ofrecer estos datos a inversionistas para que se animen a proveer estos servicios.
Los llamados científicos de la ubicación usan la información espacial para redefinir los nuevos modelos de movilidad en las ciudades, ya sea para crear nuevas opciones de transporte u optimizar las rutas del transporte público. Pero tal vez una de las aplicaciones más rentables en el corto plazo, es el tema de la mejora de la cadena de suministros de las grandes cadenas de autoservicio o proveedores a gran escala de servicios y productos de consumo popular.
En México, el uso de la inteligencia de la ubicación puede ser una gran herramienta para la planeación y la movilidad urbana, al igual que para el combate del crimen y su predicción para nuevos modelos inteligentes de prevención del delito. La gran cantidad de datos que producimos en un mundo intensivo en el uso de la tecnología y cada vez más conectado, pueden brindarnos soluciones más eficaces a viejos dilemas no resueltos. Toda una gran oportunidad para un nuevo enfoque de gobierno inteligente.