Prioridades legislativas
César Cámacho Quiroz, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, anunció que su bancada considera necesario investigar la fortuna presuntamente ilícita de Ricardo Anaya, líder nacional del PAN.
Camacho considera que el Poder Legislativo tiene atribuciones fiscalizadoras suficientes para proceder en este sentido. Tiene razón la bancada del PRI: nada más importante que saber de dónde proviene el patrimonio de este personaje, y si existe algún origen oscuro del mismo.
Tiene razón el PRI, ésa debe ser la máxima prioridad. Puede esperar la discusión del financiamiento del Fondo de Reconstrucción por los sismos de septiembre, y su adecuada supervisión por parte del Poder Legislativo y las organizaciones ciudadanas.
Sólo necesitamos 48 mil millones de pesos para poner de pie, entre otras cosas, la vivienda de 12 millones de mexicanos que resultaron afectados por los terremotos de septiembre, pero de eso que se ocupen otros. Lo más importante para los diputados del PRI, en este momento de emergencia, es crear una Comisión Legislativa que se erija en supremo tribunal para juzgar a los corruptos.
Puede esperar el análisis de los escenarios y consecuencias de la adversa renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Al cabo solo depende de ello millones de empleos y el futuro de nuestra economía.
También puede esperar la urgente discusión del diseño de una Fiscalía General de Justicia y la selección de un Fiscal independiente y de un Fiscal Anticorrupción. Finalmente, no es un asunto ni importante ni urgente.
Ya lo ha dicho el Presidente Enrique Peña Nieto: el problema de la corrupción en México es cultural. Caray, los mexicanos somos bastantes insensatos, le echamos a la corrupción la culpa de todo, hasta de un semáforo que no funciona. El fenómeno está sobrestimado, dice el Presidente, percibimos que existe más opacidad porque ahora fluye más información a través de las redes sociales.
Es más, ya entrados en materia, de una vez que se amplíe el alcance de la Comisión para que investigue también a Alejandra Barrales, líder nacional del PRD; a Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano, y de paso a López Obrador. También son personajes incómodos porque se la pasan criticando al gobierno y haciendo política para sacar al PRI de Los Pinos.
Pero también hay razones para crear la Comisión Especial Investigadora en la Cámara de Diputados. Y es una muy sencilla: la incapacidad del actual Ministerio Público, de la Procuraduría General de la República, para investigar evidentes casos de enriquecimiento ilícito. Le damos toda la razón al exprocurador RaúlCervantes al haber presentado su renuncia a la PGR: ni sus propios compañeros de partido, ni los mismísimos legisladores del tricolor, confiaban en él, al grado de que están buscando crear una instancia que haga las cosas que no hace la autoridad encargada de perseguir y castigar los delitos.
Sí, señores diputados del PRI, lo más importante es destruir la reputación pública de los opositores, no importa que el Poder Legislativo se envilezca y se distancie de su misión y naturaleza política para convertirse en parte de la estrategia para ganar los comicios de 2018.
Después de contemplar este espectáculo de diputados tratando de erigirse en jueces, me queda claro por qué el Poder Legislativo está en los últimos lugares de confianza ciudadana. Las razones de este rechazo social son evidentes: no hacen su trabajo y acumulan un enorme rezago en la discusión y aprobación de iniciativas de ley, perciben salarios de privilegio, tienen la protección del fuero, utilizan las cámaras como trampolín para perpetuarse en cargos públicos, ofenden la dignidad del Legislativo al utilizarlo como centro de espectáculo político en el ajuste de cuentas con sus contrincantes de otros partidos.
Adelante con su Comisión Investigadora señores diputados del PRI, pero me permito sugerir se incluya a Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, por el caso Odebrecht; a Rosario Robles por la “estafa maestra”, y de una buena vez a todos los gobernadores acusados o bajo sospecha de peculado, del partido que sean, sin excepción.
¡Que extraviados estábamos los mexicanos! Hay prioridades y razones de peso, pero no queríamos aceptarlas. Gracias a los diputados del PRI por abrirnos los ojos. Con ellos estaremos retomando el rumbo. Gracias.