Todas las actividades están en transformación constante por los cambios tecnológicos. La tecnología tiene un impacto horizontal en todo el quehacer humano desde la forma en que nos informamos, divertimos, comunicamos, trabajamos y hasta como compramos.
La tecnología va a cambiar de manera importante la manera en que vamos a comprar en el futuro cercano. Se cree que en unos cuantos años más habremos de transformar totalmente nuestras costumbres de compra en los centros comerciales. Aquí algo de lo nuevo que veremos en poco tiempo.
- Probadores virtuales. Actualmente se están desarrollando una especie de espejos virtuales que le permitirían a una persona “probarse” la ropa con una proyección de sí misma sobre una pantalla. Mediante sensores en el cuerpo, la tecnología crea un modelo virtual del cuerpo sobre el que después se pueden añadir prendas a través de una pantalla táctil.
- Tiendas virtuales. Allí donde haya una pantalla táctil podrá surgir una tienda virtual. Estos establecimientos podrán ofrecerle a los consumidores, de forma visual, una gran gama de productos para los que no hay espacio físico en las estanterías.
- Tiendas de impresión en 3D. Es probable que la impresión en 3D forme parte de nuestra realidad consumista en el futuro. Los clientes podrán tocar una pantalla, bajar un diseño particular y hacer que se imprima un producto específico para ellos mientras esperan.
- Robots asistentes. En varios centros comerciales de Corea del Sur ya existen asistentes robotizados para ayudar a los clientes a encontrar tiendas. Pero realmente será tras bambalinas donde abundarán los robots: llenarán estanterías, harán el inventario y supervisarán los niveles de almacenamiento y la frescura de los productos perecederos.
- Reconocimiento facial. Ya se utiliza tecnología de reconocimiento de las expresiones faciales para analizar el estado de ánimo de los clientes cuando entran y salen de las tiendas y para observar sus reacciones a las diferentes marcas y presentaciones de productos. Ello servirá para ajustar y personalizar la publicidad.
- Pago sin contacto. ¿Se te olvidó la billetera? Eso no será un problema en el futuro, cuando paguemos con nuestros teléfonos móviles. También habrá pagos por escáner de huella dactilar.
- Informes pormenorizados. En el futuro habrá poca privacidad en los establecimientos de compras. Habrá sensores en todas las tiendas que recogerán información sobre cuántos clientes entran y dónde pasan más tiempo. Y cada vez habrá un mayor intercambio de información entre las tiendas y los usuarios de celulares inteligentes.
- Etiquetas inteligentes. Se están empezando a incluir dispositivos electrónicos en las etiquetas, a medida que el costo de esta tecnología disminuye. Las etiquetas inteligentes contienen sensores y espacios de visualización. Utilizan tecnología NFC (Near Field Communication) para transferir información. Pueden decirle al consumidor, por ejemplo, que la leche sigue fresca o que un producto cumple con los estándares internacionales. Las etiquetas podrán, por ejemplo, sugerir el mejor vino para combinar con los ingredientes que ya hay en tu carrito de la compra o alertar a un cliente con alergia sobre los productos que contienen cacahuete.
- Entregas personalizadas. La opción de “hacer clic y recoger” estará a la orden del día. Los clientes que compran por Internet podrán retirar los productos en puntos específicos instalados en oficinas, estaciones de autobús o metro y otros lugares. Entretanto, compañías como Amazon y Google planean utilizar drones para hacer entregas. Amazon ya solicitó una licencia de vuelo ante la Autoridad Federal de Aviación de Estados Unidos.
Bienvenidos entonces a las compras del futuro. Serán más eficientes y efectivas, pero tal vez menos directivas y menos sociales. Por ello se piensa que los centros comerciales tradicionales, y las tiendas de barrio no desaparecerán del todo, pues cumplen también con un fin de esparcimiento y contacto social.