La educación es un factor estratégico para el fortalecimiento de la competitividad, el empleo, la cohesión social y una vida democrática plena. Las naciones que hoy se encuentran a la vanguardia en los índices de desarrollo humano y en la economía global se caracterizan por haber realizado inversiones crecientes y sostenidas en la educación de su población.
En México, educar bien a inicios de este siglo XXI implica avanzar de manera firme en tres tareas fundamentales.
La primera es formar individuos capaces de razonar y resolver problemas, lo que implica una revisión a fondo del obsoleto modelo pedagógico vigente en la educación pública, basado en la memorización de conocimientos.
La segunda tarea es convertir a la educación en una herramienta de construcción de ciudadanía que fortalezca en los niños y los jóvenes los valores de la civilidad, el respeto, la tolerancia y el aprecio por las instituciones, la legalidad y la democracia.
El tercer pendiente es hacer de la educación la vía de acceso a la sociedad del conocimiento, con el uso intensivo de la tecnología informática, Internet y las redes sociales. La razón es muy simple: los trabajos del mañana serán más un asunto de producir, intercambiar y transformar información y conocimiento.
En junio de 2011 las Naciones Unidas declaró el acceso a Internet como un derecho humano, por ser una herramienta que favorece el crecimiento y el progreso de la sociedad en su conjunto.
Una tarea en la que, orgullosamente, el Estado de Sonora está a la vanguardia en su cumplimiento. Este logro fue a través de la incorporación del derecho al acceso a Internet en nuestra constitución, aprobada por la presente legislatura estatal, y por la puesta en marcha del Programa “Un nuevo futuro”, que busca dotar a todos los alumnos de nivel básico de una computadora con conexión a banda ancha con el esfuerzo del gobierno, los empresarios, la sociedad civil y los propios maestros.
Estamos ante un tema de enorme prioridad. Hay evidencias de nuestro rezago: sólo el 9.7% de los estudiante que cursan la primaria en México han navegado alguna vez en Internet; 90% siguen sumidos en el analfabetismo digital.
Las carencias socioeconómicas de estos niños son el principal obstáculo para acceder a la sociedad de la información y del conocimiento, y aquí entra la obligación del Estado como garante de sus derechos a la tecnología de punta.
La lógica del mercado no puede imponerse sobre los intereses de la sociedad. De ahí el valor de la propuesta del virtual próximo Presidente Peña Nieto, de dotar de computadoras con Internet a todos los alumnos de escuelas públicas que cursen 5º y 6º año de primaria. Y yo creo que tenemos que tomarle la palabra y verificar que este compromiso se haga efectivo.
Dotar de estos instrumentos a los 15 millones de estudiantes de primaria de las escuelas públicas de México costaría alrededor de 44,000 millones de pesos. Creo que vale la pena, porque ésta puede ser una de las mejores inversiones en el capital humano de nuestros niños y nuestros jóvenes, y una oportunidad para romper la brecha digital.
México gasta muchísimos recursos en subsidios regresivos en gasolina y electricidad: casi 170,000 millones de pesos en 2011. ¿Por qué no mejor invertir en los jóvenes y en los niños, que son el futuro de esta nación y que pueden hacer a este país más competitivo y más incluyente? Este será, sin duda, uno de los dilemas del nuevo gobierno y creo que las puertas empiezan a abrirse.