Está claro que las consecuencias de la pandemia del covid-19 empezarán a atenuarse de manera cierta a partir de la vacunación de las personas. Pero pese a que se han fabricado varias vacunas en tiempo récord, los avances de la vacunación en diferentes países se prevé diferente y desigual. Hay diferentes explicaciones para ello, desde la capacidad para adquirirlas hasta las estrategias de los gobiernos nacionales para organizar esta compleja tarea.

El tema de la vacunación y la inmunidad no es menor en este momento de tanta afectación a la salud y la economía de los países, las empresas y las personas. Está claro que quien logre avanzar y se acerque a la meta de inmunidad de “rebaño” (vacunar 70-75% de su población), podrá reabrir su economía y su vida social, con claros beneficios en la competencia mundial. En ello, China le lleva ventaja al resto de los países, que solo han logrado aperturas parciales de sus economías.

Un caso que ha destacado en el mundo y Latinoamérica en este sentido es Chile. Inició su programa de vacunación el 24 de diciembre de 2020 y a mediados de marzo lleva vacunada al 27% de su población, cifras que lo asemejan a los avances logrados por países más desarrollados como Estados Unidos (28%). México alcanza apenas un 2.4%.

¿Cuáles fueron las decisiones que le han permitido a Chile avanzar tan rápido? Aquí algunas lecciones que destacan los expertos:

  • Prepararse con los recursos públicos suficientes para el programa de compras de vacunas. Estaba claro que las vacunas costarían una cantidad importante de recursos y por ello el gobierno de Chile tomó las medidas presupuestales suficientes y con la debida anticipación.
  • Formalización anticipada y diversificada de compra de vacunas. Previendo el complejo reto de fabricación de las vacunas por parte de los laboratorios autorizados, el gobierno chileno negoció con todos ellos contratos de manera anticipada. Ya sea con Pfizer, Astra Zeneca, Johson&Johnson, Sputnik, e incluso se inscribieron en el mecanismo COVAX de la ONU.
  • Colaboración científico-institucional. Un elemento que ayudó en el caso del país sudamericano fueron los convenios que se suscribieron entre las principales universidades y centros de investigación y desarrollo y los laboratorios fabricantes para tener acceso preferente y prioritario a las pruebas, avances y vacunas autorizadas para aprender del tema y poder respaldar con el conocimiento adquirido a los programas de vacunación.
  • Utilización de la capacidades institucionales y disponibles. El gobierno de Chile aprovechó al máximo las capacidades institucionales en materia de vacunación creadas por las instituciones públicas, pero también sumó las disponibles en las universidades y centros de investigación y desarrollo, la iniciativa privada y las organizaciones sociales. Se implementaron centros de vacunación en estadios, parques, centros educativos y deportivos, y se convocó el personal de salud capacitado, entre ellos a dentistas, parteras, asistentes médicos y demás, para realizar las vacunaciones.
  • Medidas claras y severas contra la vulneración de los programas de vacunación. Desde el inicio se prohibió el llamado turismo de vacunación de los residentes de los países vecinos, y en contra de los residentes que no respeten las reglas de los programas. Los requisitos son muy claros y estrictos, y el castigo por violarlos muy severos (https://bbc.in/38ESCnZ).

La nueva lucha en el mundo es por avanzar en los programas nacionales de vacunación. Ello tendrá efectos no solo en la recuperación de la normalidad, la disminución de los riesgos y las consecuencias económicas, sino también lo tendrá en la competitividad mundial. Es un tema donde nuestro país ya presenta rezagos y que es urgente atender. La prioridad es vacunar a la mayor cantidad de mexicanos de manera ordenada, adecuada y rápida. Ojalá pronto pasemos a discusiones más técnicas de cómo lograrlo. Chile nos dio un buen ejemplo de ello.