Hace un par de semanas comentamos sobre el debate que despertó el documental El dilema de las redes sociales, que exhibe el objetivo básico de las grandes plataformas sociales: capturar tu atención, mantenerla el mayor tiempo posible y buscar influir en tu comportamiento a través de la publicidad. Así de fácil, así de complicado.

También te comentaba sobre las afirmaciones de Martin Hilbert, investigador alemán de la Universidad de California-Davis (https://www.bbc.com/mundo/noticias-54484758) sobre la lógica y las consecuencias en el comportamiento humano de las redes sociales, una poderosa arma fuera de control y a merced de los intereses de las empresas tecnológicas y de los expertos que dominan la explotación de la información que producen.

Me parece muy interesante lo que afirma Martin Hilbert. Asevera que “el negocio de los gigantes tecnológicos −Google, Apple, Facebook, Amazon− no es ofrecerte avisos comerciales: es modificar tus comportamientos para optimizar el rendimiento de esos avisos. Y pueden hacerlo porque los algoritmos, al procesar millones de datos sobre tu comportamiento, aprenden a predecirlo, mucho mejor que tú mismo.

Pero para conocerte e influir sobre ti necesitan mantenerse conectado. Por lo tanto, las llamadas tecnologías persuasivas cumplen su misión cuando eres adicto y no puedes desviar tu atención de ellas”.

Y lo más peligroso de todo: “Las tecnologías persuasivas apelan a mantenerte en la versión más débil de ti mismo para que gastes tu tiempo en las redes”. Para lograrlo, han desarrollado poderosos algoritmos que nos manipulan para lograrlo y estrategias de cualquier tipo. Si bien no son responsables del nuevo fenómeno de las noticias falsas, este investigador afirma que “al algoritmo no le importa hacia qué lado te llevan las noticias falsas, simplemente le sirven para atraparte porque cuadran mejor que la verdad con nuestros sesgos cognitivos”. Se refiere a los sesgos de confirmación y el de novedad (https://marcopaz.mx/2020/10/29/efectos-redes-sociales/).

¿Y qué técnicas usan para lograr captar tu atención? Hilbert nos dice que son técnicas muy sencillas, como las “tecnologías persuasivas para encontrar nuestras debilidades por ensayo y error: ponen dos versiones de un mensaje y ven cuál produce más clics”. También usan la emociones, por ejemplo, el uso del miedo.

Y nos habla de un ejemplo esclarecedor. A principios de la pandemia Facebook se dedicó a publicar advertencias en las publicaciones riesgosas sobre el virus y su atención efectiva. El resultado explica que la verdad y la racionalidad no son atractivas para nuestro cerebro irracional: los usuarios en 95% de las veces no hicieron clic en las advertencias. La gente solo lee los titulares de las notas. El 70% no se molesta en leer los contenidos de los mensajes que retuitea o comparte.

A la pregunta de cómo evitar caer en las estrategias de manipulación de los algoritmos de las plataformas sociales, Martin Hilbert, propone adoptar medidas de “higiene” para lograr una “desinfección digital”. Dice que “la gente sabe que ya es suficiente con ocho horas de trabajo frente a la pantalla. Pero entra en su dormitorio, se toma dos respiros y saca su celular igual, ya no puede evitarlo”.

Entre las medidas, propone:

  • “Lávese la mente a menudo durante al menos 20 segundos, especialmente después de un desplazamiento sin sentido en las redes sociales durante el cual estuvo expuesto a algoritmos especializados en bajar sus defensas.
  • Tápese la boca cuando esté a punto de difundir un contenido odioso o que ni siquiera ha leído.
  • Asuma la responsabilidad de ser un potencial vector de contagio en este problema colectivo”.

Agrega Hilbert, “lo nuevo es que las mentes artificiales, al descubrir los sesgos de esa voluntad, han empezado a competir con ella por nuestra percepción consciente de la realidad. Esto puede sonar loco, pero creo que estamos generando una nueva presión evolutiva sobre el homo sapiens. Porque si queremos coexistir con máquinas que procesan información mucho mejor que nosotros, la humanidad tendrá que producir un salto de conciencia. Es decir, evolucionar hacia formas de conciencia menos apegadas a procesos de información”. Estamos ante un reto sin precedentes, provocado por los avances en los algoritmos de las redes sociales. Llegó la hora de enfrentar las consecuencias de dejar libre, sin supervisión y controles a una industria que adquirió un poder sin precedentes. ¿Podremos?