Sistema Nacional de Información y Atención a Desastres

No podemos seguir desperdiciando tanta voluntad, recursos y deseos en una deficiente organización que rebasa los deseos humanos de contribuir.

México está ubicado en un territorio constantemente expuesto a desastres naturales: inundaciones, sequías, heladas, sismos. Esto se agrava por el desordenado patrón de crecimiento de los asentamientos humanos, principalmente en las ciudades grandes y medianas, y el surgimiento de grandes cinturones de pobreza asentados en zonas de riesgo. Los riesgos son muchos e importantes.

También hay que sumarle los embates del llamado cambio climático, evidenciado con los poderosos huracanes que han azotado al Caribe y al Sureste de los Estados Unidos en las semanas recientes.

septiembre-26Estamos por lo tanto en un polvorín. Así lo han demostrado los eventos de los últimos años y los recientes. Los desastres naturales ya son una constante realidad que nos obliga a diseñar nuevas estrategias para su atención.

México ha visto crecer su cultura de protección civil y ha fortalecido la infraestructura para la atención de desastres naturales, sobre todo a partir de los sismos de 1985. Sin embargo, frente a casos recientes, como los sismos del 7 y 19 de septiembre, ha quedado en evidencia la necesidad de fortalecer el andamiaje institucional, los presupuestos, así como los esquemas de atención de los que dispone el Gobierno de la República.

Es hora de darle mayor institucionalidad al tema de la protección civil. Ya es necesaria una Secretaría especializada que le dé peso institucional y organizacional al tema ante los embates de la naturaleza y la vulnerabilidad de nuestro país. Es urgente avanzar en mejores protocolos, un sistema nacional de información y de atención a desastres, que concentre y distribuya donaciones, apoyos y los dirija a donde se necesitan de manera ordenada, oportuna, eficiente y transparente.

No es posible que frente a la emergencia, no exista un espacio único suficiente, oportuno y confiable donde se concentre la información de lo sucedido, las víctimas, las personas hospitalizadas, las zonas siniestradas, los daños
identificados. También produce preocupación la cantidad de cuentas bancarias para solicitar apoyos, o los centros de acopio a lo largo de la república o la creación de albergues privados, no siempre cumpliendo los requisitos básicos para atender a los damnificados.

Hemos sido testigos de la enorme cantidad de voluntarios dispuestos a ayudar en las labores de rescate y reconstrucción. Pero a la par nos enteramos en las redes sociales de que no siempre se aprovechan adecuadamente porque falta una instancia superior que la convoque, la organice y la distribuya.

Es tiempo de diseñar un Sistema Nacional de Información y Atención a Desastres que sea la plataforma integral de información para la población, donde se dé información verificada de lo sucedido, y oriente a la población de las medidas preventivas.

Que institucionalice y difunda de manera permanente una sola cuenta bancaria para recibir apoyos, mismos que serán verificados, registrados y destinados de manera transparente.

Un sistema que divulgue las necesidades de apoyo necesarias, en cantidades y especificaciones en productos y servicios, y los lugares oficiales para su entrega y canalización. Donde haya opciones para adquirir vía digital alimentos, medicamentos y demás productos a través de comercios que formen una red organizada de suministros y eviten gastos innecesarios, el desorden y la ineficiencia en el empaque, transportación y entrega de apoyos.

Necesitamos una plataforma que convoque a los voluntarios, los clasifique por sus capacidades profesionales, certificaciones profesionales, experiencia y ubicación, y los distribuya de manera inteligente donde se requieran con los responsables oficiales de las labores de apoyo.

El ejemplo del uso inteligente de la tecnología no los han vuelto a poner los grandes jugadores del mundo tecnológico:

  • Amazon abrió su “wish list” (lista de deseos para ayudar) para que sus usuarios puedan adquirir y donar productos que se requieren en estos casos o hacer aportaciones económicas para canalizarse por las vías oficiales. A esta plataforma se han sumado Cruz Roja Mexicana, IZZI y Fundación Televisa, que invitan hagan su compra a través de Amazon, que a su vez les entrega los productos para su distribución.
  • Airbnb ofrece su plataforma para quienes deseen ofrecer alojamiento en sus casas. Los anfitriones de las zonas indicadas en un mapa ofrecen sus alojamientos de forma gratuita, desde el 19 de septiembre hasta el 26 de septiembre de 2017, a residentes evacuados y a los equipos de rescate desplegados para ayudar.
  • Google ofrece su localizador de personas para ubicar amigos o seres queridos después de algún desastre natural, al igual que un mapa colaborativo, que contiene diferentes capas para mostrar ubicación de albergues oficiales, daños en edificios, derrumbes, centros de acopio.

México debe de aprender de sus experiencias, más si son tan dolorosas como las recientes. Una opción indispensable es el uso de la tecnología y la inteligencia. No podemos seguir desperdiciando tanta voluntad, recursos y deseos en una deficiente organización que rebasa los deseos humanos de contribuir.