Monitoreo del cuerpo humano

Werables llegaron para quedarse y prometen beneficios en el campo de la salud.

La combinación de tecnología e innovación ha logrado grandes cambios y transformaciones en todos los ámbitos de la vida humana. Dos importantes expresiones de esta combinación, es el Internet de las Cosas y los denominados “vestibles” werables.

El Internet de las Cosas es conocido como la plataforma que permite conectar a la red de redes a los diferentes aparatos, dispositivos y maquinaria usadas tanto para fines industriales o de servicios como para la vida diaria. Sirve para calibrar el tamaño e impacto de este fenómeno un estudio realizado por el Instituto VINT, laboratorio de tendencias de Sogeti, según el cual en 2020 habrá 50 mil millones de objetos conectados a Internet. Viviremos un verdadero mundo digital.

Y cuando hablamos de aparatos para la vida diaria, aparecen los vestibles. Se trata de dispositivos electrónicos que se llevan sobre, debajo o incluidos en la ropa o en la piel; permiten actividades multitarea (por lo que no requieren dejar de hacer otra cosa para ser usados) y pueden actuar como extensión del cuerpo o mente del usuario. Estos dispositivos vestibles causan sensación en el mercado tecnológico. Según datos de IDC en 2015 se vendieron 20 millones de ellos en el mundo, y 75% de las ventas consistieron en relojes inteligentes y pulseras de monitorización.

Una de las principales áreas de aplicación de los vestibles conectados de manera remota y continua al Internet es la de salud. Recientemente, científicos de la Universidad de Illinois presentaron un vestible que puede contribuir sensiblemente a transformar el cuidado de la salud: un parche electrónico que evalúa constantemente el estado físico de las personas, se adhiere a la piel como si fuera un tatuaje y no requiere batería.

Este parche elástico puede medir, entre otras cosas, la frecuencia cardiaca o el grado de exposición a los rayos ultravioleta por parte del paciente. Para funcionar recibe y transmite información a través de una conexión vía radio a un celular o una tableta cercanos.

¿Y qué aplicaciones tendría este dispositivo en la piel? Muchas, entre las cuales destacan:

  • Monitorizar las señales vitales del paciente, tales como pulso cardíaco, saturación de oxígeno y temperatura del cuerpo. El aparato envía vía Internet la información a un sistema de monitoreo que la analiza en tiempo real, para luego proceder de la manera en que corresponda.
  • Prevenir enfermedades o situaciones de crisis. Al tener información de los niveles vitales del paciente, es posible predecir un riesgo o brindarle atención remota en caso de una emergencia. Esto sería ventajoso principalmente en el caso de personas de edad avanzada o afectadas por enfermedades que afectan sus capacidades mentales.
  • Abaratar los costos de la atención a la salud en enfermedades de larga duración y que exijan revisión constante. La confiabilidad de esta tecnología permitiría poder cuidar el estado de salud de los pacientes desde sus hogares, reduciendo así los costos de atención hospitalaria y mejorando el nivel de vida de los usuarios.

Estos nuevos vestibles parecen destinados a revolucionar la medicina al crecer su uso generalizado, lo que a la vez provocará que la competencia los vuelva progresivamente más baratos, pequeños, ligeros e inteligentes.

Todo indica que contaremos con dispositivos y aplicaciones que nos beneficiarán cada vez más en nuestra vida diaria. De ahí la importancia de ampliar y mejorar nuestra infraestructura de comunicaciones. De que tengamos capacidad suficiente para conectar a más hombres y mujeres a Internet, dependerá en gran medida el futuro y la competitividad de las organizaciones y de los mexicanos. Por ello, la conectividad a Internet debe ser un tema estratégico en nuestra agenda pública.