Antecedentes

  • En la actualidad hay 7 mil millones de habitantes en el mundo, de los cuales 2 mil 500 millones son usuarios de Internet, esto es, el 35%.
  • Siempre hablamos de quienes tienen acceso a la Red y de cómo esta creciendo el número de afortunados año con año. Sin embargo, no se comenta mucho de la otra cara de la moneda: quienes no están conectados a Internet, que representan 4 mil 500 millones de personas, o el 65% de la población mundial.
  • Y esto no es un tema menor. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo señala que en una sociedad moderna, el acceso a Internet, y particularmente la banda ancha, es el ingrediente clave de la agenda de la política pública para acelerar el crecimiento económico y la reducción de la desigualdad.
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Obstáculos para acceder al Internet

  • Puede ser difícil recordar cómo era la vida antes de Internet, frente a la cotidianeidad de revisar constantemente el correo electrónico, navegar en línea o consultar Google.
  • Pero son más las personas que no tienen acceso a Internet, comparadas con quienes tienen la oportunidad de disfrutar de la red de redes. Entonces, ¿cuáles son las razones por la que más de 6 de cada 10 habitante del mundo no disfrutan de Internet, aún con todos los avances de la tecnología?. Se podrían señalar tres principales: la censura, la pobreza y la infraestructura disponible.
  • La censura es un fenómeno relacionado con razones políticas de regímenes que buscan controlar a su población a través de negarles el acceso a la información y la comunicación, derechos humanos de nueva generación. Entre los casos actuales de censura del Internet, están Corea del Norte y Siria (inmersa en una prologada guerra civil).
  • La pobreza es otro gran obstáculo. Es un problema conocido que muchas de las personas más pobres del mundo no tienen los recursos o la tecnología para conectarse. De hecho sólo el 33% de las personas de los países en desarrollo utilizan Internet, en comparación con el 77% de los países desarrollados. Este fenómeno también se reproduce al interior de los países, como el caso de México, donde las zonas más marginadas y aisladas no tienen acceso a Internet, pese a que ya es un derecho constitucional para todos los mexicanos.
  • Otra limitación para el crecimiento de la red, es la infraestructura existente y la complicación de construirla en lugares complejos. Primero debemos de decir que hay tres mecanismos primarios para conectarse al mundo digital: los cables, las redes móviles y los satélites. Los cables de fibra óptica constituyen el núcleo de internet, y atraviesan tierra y mar. El primero de esos cables de comunicación se instaló en la década de los 50 del siglo XIX, para conducir señales telegráficas. En la actualidad, esos cables conectan a todos los continentes -excepto la Antártida- y a muchos (aunque no todos) de los pequeños Estados insulares. Las conexiones móviles, por su parte, dependen de las torres de telefonía celular. Y éstas pueden tener un alcance impresionante. Los satélites representan el medio más lento para conectarse en línea, pero es la única opción para aquellos que viven lejos de una torre de telefonía celular o del cable. La cobertura brindada por la constelación de satélites Iridium abarca a todo el planeta, y sus teléfonos satelitales pueden conectarse en lugares que de otra manera estarían incomunicados, como la Antártida o algunos rincones aislados como las Islas Cook.

 

Conclusiones

  • Aunque no se hable mucho de ello, existe una gran fenómeno de exclusión digital en el mundo y dentro de los países. Ello representa una limitante para el crecimiento y la reducción de la desigualdad.
  • Por ello, destacan las iniciativas como la de empresa O3b Networks que lanzó recientemente sus primeros cuatro satélites, que orbitan unas cuatro veces más cerca de la Tierra que los satélites geoestacionarios comunes y cada satélite cubre una circunferencia de 400 millas (643km). Es una opción más competitiva que las actuales.
  • Del mismo modo, Google y Facebook anunciaron recientemente sus planes para conectar a los desiertos de internet.
  • Otras tecnologías prometen facilitar el acceso en los pequeños puntos negros que siguen existiendo en los países más desarrollados. En los túneles subterráneos, por ejemplo, es posible conectarse a internet mediante puntos de acceso locales utilizando radios móviles, como en el caso de los trenes Amtrak o Eurostar y de los trenes subterráneos en algunas ciudades europeas.
  • Es necesario hacer mayores esfuerzo para atacar la exclusión digital, de ello dependerá sumar al desarrollo y la prosperidad a más de la mitad de la población mundial, un tema de elemental justicia.