Contexto

  • La llamada “economía de la felicidad” gana terreno, esta propone ir más allá del ingreso por persona, la capacidad de consumo o el crecimiento económico para medir el bienestar de la población.
  • Jeffrey Sachs, asesor de la ONU para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, es uno de los principales promotores de este nuevo enfoque. Según Sachs, no podemos desdeñar el valor del progreso económico porque la gente sufre cuando existe desempleo, hambre o carece de servicios sociales básicos.
  • En síntesis: la búsqueda incesante del PIB, sin tener en cuenta otros objetivos, no conduce a la felicidad, como la salud, la diversidad ecológica, el bienestar psicológico, la vitalidad comunitaria, el nivel de vida, la educación, el uso del tiempo, la diversidad cultural, y el buen gobierno.

 

Bristol, Ciudad feliz

  • Bristol, una ciudad inglesa, actualmente la capital verde de Europa, que se ha propuesto ser una Ciudad feliz, a través de armonizar los recursos disponibles y las diferencias entre los que tienen recursos y los que no tienen. Los creadores del proyecto son dos jóvenes ingleses: Mike y Liz Zeidler.
  • Ellos parten de la base de que las ciudades fueron creadas para que sus habitantes sean felices y por ello se proponen recuperar este sentido en los lugares públicos, en las calles y los barrios. Quieren impulsar el deseo compartido por todos de bienestar.
  • La fórmula de Ciudad feliz para ellos es muy sencilla y posible: hacer una ciudad donde se pueda caminar con tranquilidad, con lugares para el descanso y el esparcimiento, evitando las diferencias económicas y sociales, e invitando a la inclusión, creando una sensación de continuidad y diversidad humana, lejos de las pautas económicas y los intereses políticos, y alejados de los problemas del tráfico molesto de vehículos. ¿Fácil, no creen?
  • ¿Y cómo piensan lograrlo? Todo inicia con la idea del Alcalde de Bristol de que hay que redefinir la idea de la noción de crecimiento económico, añadiendo temas relacionados con la felicidad de las personas y la de hacer una ciudad más habitable, vivible. La principal meta deberá ser ahora el bienestar colectivo.
  • Es aquí donde nace el proyecto de Ciudad Feliz que desde hace 5 años encabezan Mike y Liz Zeidler. El proyecto Ciudad Feliz publica informes de indicadores como la satisfacción con la vida, la huella ecológica, la desigualdad económica, los equipamientos sociales y culturales, el acceso a parques e instalaciones deportivas, la movilidad urbana o la existencia de mercados locales y huertos comunitarios.
  • A través de campañas promueven entre la población las cinco claves de la felicidad urbana: conecta, aprende, sé activo, aprecia, contribuye.
  • Además tienen en Internet y las redes sociales un Banco de la Felicidad, tipo Wikipedia, donde se comparten ideas, propuestas y recursos. Cualquier vecino aprovecharse de lo que se comparte para enriquecer su vida de felicidad.

 

Conclusiones

 

  • Hoy en día hay un gran debate de los objetivos de una sociedad: la acumulación de recursos materiales o la felicidad de sus habitantes. Es aquí donde el concepto de felicidad y bienestar colectivo abre nuevas posibilidades.
  • Este cambio de paradigma hacia ser una Ciudad feliz, es sí mismo, representa una nueva oportunidad, misma que se potencia con el contacto directo entre los habitantes para repensar la ciudad, pero también con el uso de espacios en Internet y redes sociales para compartir ideas, proyectos y experiencias de cómo ser felices.
  • ¿Y si creamos un Banco de la Felicidad para México? Imagínense lo que obtendríamos, gracias a la inteligencia colectiva, que por mucho es más valiosa que la de nuestras autoridades y políticos.