El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dió a conocer recientemente su Índice de Competitividad Urbana 2014, que evalúa las 78 zonas metropolitanas más importantes del país (integradas por 379 municipios). En ellas se concentra 64% de la población y 83% del PIB nacional.

Se compone de 10 subíndices, cada uno de los cuales mide una dimensión distinta de la competitividad. Hermosillo, nuestra capital, destaca con niveles aceptables en la mayoría de estos subíndices.

En materia de “Sociedad incluyente, preparada y sana”, Hermosillo es la segunda ciudad más competitiva del país, sólo por debajo de la Ciudad de México. Este indicador mide la calidad de vida de los habitantes a través de tres áreas: educación, salud e inclusión; refleja los logros en materia de superación de la pobreza, un área a la que los gobiernos de Sonora y federal han destinado importantes esfuerzos.

Hermosillo también destaca en el subíndice de “Sectores precursores”, donde es número 4 a nivel nacional por la calidad de su infraestructura de comunicaciones y el uso y acceso a servicios financieros y a las tecnologías de la información, que son claves para la competitividad y el desarrollo económico. Aquí tenemos más que dar.

Es la ciudad número 8 por su competitividad en materia de “Innovación de los sectores económicos”, que mide la capacidad de las empresas para competir exitosamente en la economía mundial a partir de la incorporación de los avances científicos y tecnológicos. En “Mercado laboral” ocupa el 4to lugar; en “Economía estable” el 21ro y el 24to en “Aprovechamiento de las relaciones internacionales”, lo que refleja áreas importantes de oportunidad.

De acuerdo con el estudio del IMCO, 61% de su fuerza laboral está en el sector formal, la productividad de sus trabajadores es del doble de la media nacional, y su economía está muy diversificada, al contar con la presencia de 732 sectores (contra un promedio de 581 de las demás ciudades). La percepción de inseguridad, en tanto, es de sólo 49% contra un promedio nacional de 60%.

¿Nuetro talón de Aquiles? El agua, que representa “un desafío para su desarrollo y sustentabilidad” y para la instalación de nuevas empresas. En este rubro, Hermosillo se ubica a la zaga, en la posición 75 de 78.

El IMCO destaca el irracional consumo de agua de nuestra capital: 732 m3 anuales por habitante, siete veces más que el resto de las ciudades comprendidas en el Índice de Competitividad. Mientras el promedio del consumo de agua de los principales centros urbanos descendió de 109 a 105 m3 por persona entre 2008 y 2012, en Hermosillo se disparó.

Más allá de las controversias políticas y económicas alrededor del agua, creo que estamos, todos, ante una ventana de oportunidad para crear una verdadera cultura del agua en Sonora que comprenda, como he insistido, investigación, tecnología, sensibilización, ahorro y reciclaje, porque de acuerdo con el IMCO, “el tratamiento de aguas residuales de Hermosillo es cuatro veces menor que la media nacional”.

El paso del huracán Odile aumentó el volumen de las presas que abastecen a Hermosillo, pero éste es un accidente climatológico. Necesitamos soluciones estructurales, porque el cambio climático nos puede exponer hacia los próximos años a escenarios de sequía y escasez que llevarían a escalar los conflictos políticos en la lucha por el agua. Es urgente una verdadera gobernanza sobre este recurso que involucre, sí, acciones de política pública desde el gobierno, pero también de los ciudadanos que estamos profundamente obligados a revisar a fondo nuestros patrones de consumo.

Pensemos con visión de futuro para que Hermosillo siga siendo una ciudad competitiva, pero también más humana, un gran centro generador de empleos y oportunidades de bienestar para un amplio segmento de la población. Para ello tenemos que planear con visión de mediano y largo plazo, profesionalizar la toma de decisiones, incorporar a más técnicos al estudio de los temas públicos y a crear una capacidad sólida y con total integridad de gestión de los asuntos de todos.