El siglo XXI se está empezando a caracterizar por la irrupción del uso amplio de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Además, las nuevas tecnologías se están convirtiendo en el motor que impulsa el crecimiento económico y una solución efectiva para el combate a la pobreza y la desigualdad.

Como lo ha señalado la Organización de las Naciones Unidas, las TIC encierran la promesa de hacer del mundo un lugar más justo. Tienen una amplia repercusión en el desarrollo y son potentes instrumentos para la generación de ingresos, ya sea a través de la integración al mercado de trabajo o bien del impulso a microempresas sociales, así como para mejorar el acceso a la educación y a otros servicios como la salud.

Son consideradas como un medio efectivo para que los países en crecimiento puedan vencer etapas que obstruyen el desarrollo y barreras tecnológicas para alcanzar un nivel económico más elevado y de base social más amplia.

Por ello la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró, en junio de 2011, el acceso a Internet como un derecho humano de nueva generación por ser una herramienta que favorece el crecimiento y el progreso de la sociedad en su conjunto.

Al cierre de 2012, un tercio de la población mundial ya estaba conectada a Internet. El crecimiento de Internet a nivel mundial ha sido exponencial: de 361 millones de usuarios de la red que había en el año 2000, se ha incrementado a 2,400 millones de usuarios en 2012, esto es, un incremento del 566%.

México ha avanzado. Hace unos días la Asociación Méxicana de Internet (AMIPCI) presentó el estudio sobre Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2013. Los números son alentadores. De 2002 a 2012 hemos pasado de 10 a 45.1 millones de internautas mexicanos, llegando a una penetración del 38.5%.

Sin embargo, seguimos por debajo de los niveles de penetración de Internet si nos comparamos con las distintas regiones del mundo. Por ejemplo, Norteamérica tiene una penetración del 79%; Australia y Oceanía cuentan con el 68% de Internet y Europa llega el 61% de su población conectada a Internet. Es más, estamos por debajo del nivel de Latinoamérica, que tiene un  promedio del 40% de penetración.

En Sonora las cifras son relevantes: hay 1.4 un millones de sonorenses conectados, 9 de cada 10 están incluídos en las redes sociales, 850,000 están participando en Facebook y 100,000 en Twitter.

Más allá de las cifras y sus contrastes con otros países y regiones, está claro que a nuestro país le llegó la hora de enfrentar el enorme desafío de incorporar las nuevas tecnologías a su desarrollo.

Es urgente impulsar el desarrollo de una red dorsal nacional que conecte a la totalidad de municipios de nuestro país, con un servicio de banda ancha y de calidad suficiente para aprovechar el talento de los mexicanos y el acceso a la mayor fábrica de conocimiento del mundo, Internet. A la par debemos de implementar un ambicioso programa nacional de alfabetización digital para que todos aprovechemos los beneficios de la tecnología y entremos de lleno a competir en la nueva sociedad y economía basada en el conocimiento. Además debemos de impulsar el acceso y uso extendido de la tecnología en áreas y sectores estratégicos para el futuro del país: educación, salud y seguridad; gobierno; las micro, pequeña y mediana empresas; niños y jóvenes; zonas en pobreza y marginación.

México enfrenta su futuro hoy con las mejores condiciones de su historia: con su mayor capital humano, con estabilidad económica; con democracia y cohesión social. Es momento de ser ambiciosos y darnos una oportunidad de tener un país próspero y justo. La tecnología puede ser de gran ayuda en este objetivo.